En las puertas del estadio de San Martín de Tucumán, una generala vigilaba a la multitud que comenzaba a congregarse para honrar la historia grande de la provincia. A las 9 en punto, y bajo la presencia de la Virgen de la Merced-patrona del Ejército argentino-, comenzó la Caminata Histórica: un recorrido de 900 metros desde La Ciudadela hasta la Casa Belgraniana que revivió el espíritu del 24 de septiembre de 1812.
A cada paso las calles se llenaron de emoción. Familias enteras salían a las veredas para saludar el paso de la Banda de Música Militar y de los soldados. Los niños de la Escuela Ciudadela, de entre 10 y 11 años, cargaban casi sin esfuerzo una bandera argentina que parecía inmensa. “Nos levantamos a las 7, aunque era feriado, pero estamos felices de representar a nuestra escuela”, contó Thiago, mientras Victoria agregaba que habían estudiado mucho sobre la batalla. Los chicos leyeron, vieron videos y se empaparon de la gesta que lideró Belgrano hace 213 años.
Desde una casa amarilla de puerta marrón, José Pascual se quedó parado en la entrada hasta que la última columna pasó frente a él. Con la voz quebrada, dijo apenas: “Para mí, esto es patria”.
Tradición viva
Entre los protagonistas de la jornada estuvieron los integrantes del "Taller de Bombos Legüeros de Tucumán". Parado en un sol que se volvía cada vez más abrasador, Benjamín Villafañe, su profesor explicó: “Para nosotros es importantísimo estar presentes en esta fecha, porque es algo que atraviesa a todos los tucumanos y argentinos”.
“La Batalla de Tucumán fue un hecho histórico que debemos conmemorar con orgullo. Es una alegría que esta marcha se haya revitalizado y que siga una tradición que empezó hace más de cien años”, remarcó el hombre.
A su lado, Joaquín Millán, de 77 años, hacía sonar su bombo con orgullo. “A los jóvenes les diría que se sumen, que vengan a aprender de nuestras tradiciones. El bombo, el poncho y la música forman parte de nuestras raíces tucumanas y es muy importante que la juventud la abrace para que nunca se pierda”, pidió, antes de contar que luego se dirigirían a la Basílica de la Merced y acompañarían a la Virgen hasta el Colegio de las Esclavas.
La escena recordaba a las crónicas de 1938 publicadas por el diario El Orden, que relataban el sonido de cañones a las con desfiles, bombas de estruendo al amanecer y un pueblo entero que salía a las calles a celebrar el aniversario de la batalla.
La historia en primera persona
El acto central se realizó en la Casa Belgraniana, donde un video de la Municipalidad capitalina -con imágenes brindadas por el historiador Martín Berta y recursos de inteligencia artificial- recreó el momento en que Belgrano lideró la batalla en Tucumán. Durante tres minutos, la pantalla hizo revivir a los presentes, los instantes en que el general apostó el futuro de la Revolución en suelo tucumano. Luego, actores representaron a Belgrano y Bernabé Aráoz en una breve puesta en escena que transportó al público a un pasado con sabor a incertidumbre pero también a gloria.
Presidieron el acto el vicegobernador de la provincia Miguel Acevedo, la intendenta de la ciudad de San Miguel de Tucumán, Rossana Chahla, el legislador Hugo Ledesma y el director del Liceo Militar Gregorio Aráoz de La Madrid, coronel José María Santillán, junto a más funcionarios
Al tomar la palabra sobre el escenario montado especialmente para la ocasión, la jefa comunal se emocionó al recordar el coraje de aquellos días. “Los tucumanos fueron muy valientes. Se enfrentaron a un ejército de más de 3.500 hombres, bien armado y preparado, y sin embargo decidieron plantarse y decir ‘hasta aquí llegaron’”.
Chahla invitó a los ciudadanos a impregnarse con ese espíritu patriótico. “Hoy tenemos que hacer lo mismo, ponernos al frente de la lucha que nos toca, defender a los más vulnerables. La de entonces fue por la libertad de la patria; la de ahora es por nuestra gente, por nuestros jubilados, por nuestra salud”, indicó
Por su parte, el vicegobernador subrayó que la clave está en fortalecer la identidad común. “Lo importante es que entendamos que este día es de todos, no es de un partido ni de un funcionario. No habría 9 de Julio si no hubiera habido 24 de septiembre. Ese día tiene que ser nuestro, lo tenemos que honrar y celebrar con alegría”, culminó.
Una celebración que vuelve a crecer
Mientras la murga de La Ciudadela sonaba a lo lejos y el himno nacional se mezclaba con el canto de los gorriones, quedó claro que esta conmemoración no fue solo un acto protocolar, sino una fiesta popular.
La comunidad se apropió nuevamente de las calles, los niños llevaron en alto su bandera, los vecinos se sumaron con orgullo y las autoridades ratificaron su compromiso de seguir fortaleciendo estos espacios de encuentro con la memoria.
La Ciudadela volvió a ser escenario de patria. Una patria que late en los bombos, en el orgullo de los mayores y en la mirada de los chicos que, como Thiago y Victoria, aprendieron que la historia no solo se estudia en sino que también se camina, se canta y se vive en cada fecha en lo que los argentinos volvemos a gritar: ¡Viva la Patria!