Para entender las ideas del profesor José Manuel Estrada hay que contextualizarlas en la impetuosa política de Sarmiento que propuso una educación bajo control del Estado, que sea obligatoria, gratuita y graduada. Fundamentalmente en el posicionamiento de Sarmiento, acerca de la educación, que debía ser neutral de cualquier influencia religiosa. Y esta cuestión se debate en el proyecto de la futura ley de enseñanza primaria o común. Desde los comienzos, la clase dirigente de la época, se dividió en dos grandes campos. Los que plantean someter la educación a la Iglesia y los que inspirándose en la Revolución Francesa sostenían una educación laica, es decir libre de la religión. Estos dos sectores, en la historia del país, chocaron muchas veces. En 1853 se consagra en la Constitución como religión de Estado a la católica, significando una derrota para el laicismo. Y, nuevamente, en 1884, cuando se aprueba la ley 1.420 donde la educación pública debe ser laica. Pero no se la aplicó consecuentemente. ¿Razones? Fue entendida como terreno de neutralidad al proponerse que la enseñanza religiosa sólo podrá ser dada en las escuelas públicas por los ministros autorizados de los diferentes cultos a los niños de su respectiva comunión, antes o después de las horas de clases. Estrada, en este cuadro, se destacó por su oposición al laicismo y liberalismo  propios de la generación del 80. El 17 de septiembre, en conmemoración de su fallecimiento, se declaró en la Argentina el Día del Profesor. En 1861 creó la Sociedad San Francisco Javier, para unir a los artesanos de Buenos Aires, difundir entre ellos la cultura católica, para alejarlos de las ideas socialistas y anarquistas traídas por los inmigrantes. Esto fue un antecedente de los Círculos Católicos de Obreros, y un signo de la preocupación social de Estrada, en línea con lo que se conocería como Doctrina Social de la Iglesia. El presidente Domingo Faustino Sarmiento tenía aprecio por Estrada, aun cuando discreparan en aspectos ideológicos: «del joven Estrada he gustado mucho de sus lecturas sobre historia». Impulsó un aumento en el salario de los profesores, ya que «la vocación del profesor no se confunde con la del mártir, ni con la del penitente». Entre fines de la década de 1870 e inicios de la de 1880, Estrada cambió de modo radical su relación con el liberalismo: rechazó de plano el nombre de liberal, ya que consideraba que el liberalismo político estaba unido al laicismo. Fue muy importante su actuación en el Congreso Pedagógico de 1882 donde sostuvo que la escuela pública  común debía ser católica, manteniendo un duro debate con Leandro N. Alem. La masonería proponía una prohibición de las escuelas religiosas, y la estricta laicidad de todas las escuelas del país. En ese momento, en un sistema que no generaba controversias, se exceptuaba de la enseñanza religiosa en las escuelas públicas a los alumnos cuyos padres así lo solicitaran. En 1883 se fundó la Asociación Católica donde buscó impactar en el debate público acerca de la laicidad o catolicidad de la enseñanza. Un año más tarde, tras una concurrida Asamblea de Católicos, la Asociación transmutaría en un partido político, Unión Católica, con el que Estrada sería electo diputado nacional. El presidente Julio Argentino Roca relevó a Estrada en el rectorado del Colegio Nacional generando una escalada de hechos que enfrentaría al gobierno con la Iglesia Católica. Pese a toda su oposición y lucha, no pudo evitar que se promulgaran las leyes de educación laica, el matrimonio civil y el pase del Registro Civil a manos del Estado.

Pedro Pablo Verasaluse  

pedropabloverasaluse@gmail.com