El caso de un menor en China conmociona a la opinión pública: un niño de 11 años tuvo que ser hospitalizado después de dedicar 14 horas seguidas a terminar los deberes escolares, en medio de una fuerte presión ejercida por sus padres. El episodio, ocurrido en Changsha (provincia de Hunan), abrió un intenso debate sobre los riesgos de la exigencia académica extrema y su impacto en la salud infantil.
El episodio que terminó en hospitalización
El menor, identificado como Liangliang, comenzó a presentar síntomas graves cerca de las 23 horas, tras un día completo de estudio sin pausas. Según reportaron medios locales, sufrió mareos, dolores de cabeza, adormecimiento en las extremidades y respiración acelerada.
Los médicos del Hospital Central de Changsha diagnosticaron una hiperventilación aguda, una afección respiratoria potencialmente mortal provocada por la respiración rápida y profunda, habitualmente asociada a la presión psicológica y la agitación emocional.
Síntomas alarmantes y diagnóstico médico
Entre los síntomas más notorios, los especialistas describieron la aparición de la condición conocida como “chicken claw hands” (manos en garra de pollo), una reacción muscular vinculada a la hiperventilación.
El doctor Zhang Xiaofo, director del departamento pediátrico del hospital, advirtió que en los casos más graves esta afección puede provocar rigidez muscular generalizada, opresión en el pecho, dificultad respiratoria, palpitaciones y hasta riesgo de muerte.
No es un caso aislado
Tras recibir atención médica y ser asistido con una mascarilla respiratoria, el menor logró estabilizarse. Sin embargo, los especialistas alertaron sobre un incremento preocupante de episodios similares: solo en el último mes, el hospital atendió a más de 30 adolescentes con síntomas relacionados, un número diez veces mayor al habitual.
El debate sobre la presión académica en China
El caso de Liangliang generó un amplio debate en las redes sociales chinas. Muchos internautas compartieron experiencias propias sobre la exigencia escolar extrema y la necesidad de una mejor gestión del tiempo.
Sin embargo, la mayoría evitó cuestionar a los padres o al sistema educativo, lo que deja en evidencia la normalización de la presión académica en la sociedad china. Para los expertos, el caso refleja la urgencia de repensar los límites de la exigencia y priorizar la salud física y emocional de los niños.