El otro lado de “El loco”

una inmersión en la intimidad presidencial

MISCELÁNEA

TRATANDO DE ENTENDER EL FENÓMENO MILEI

JUAN CARLOS DE PABLO Y EZEQUIEL BURGO

(Sudamericana - Buenos Aires)

¿Quién es Milei? Para ultras y antimileístas que buscan una respuesta satisfactoria, hay dos títulos recomendables. La hagiografía de Nicolás Márquez, para los primeros, y el perfil de Juan Luis González en El loco, un trabajo periodístico serio pero con un acento en los rasgos más demonizados o ridiculizados del protagonista (los perros, el temperamento, el misticismo, las teorías extravagantes, la vinculación con el massismo).

Para quienes busquen miradas más matizadas, sugeriría la lectura combinada de dos libros. La biografía de Ernesto Tenembaum, quien se ataja frente a sus propios sesgos para reconstruir el surgimiento de un fenómeno mediático y el camino de un candidato improbable a la presidencia. Y luego, la lectura de este libro del periodista Ezequiel Burgo y el economista Juan Carlos de Pablo, amigo confeso y simultáneamente un viejo sabio que está de vuelta y que, por eso mismo, nos habla sin muchas vueltas. El libro reproduce una síntesis de varias horas de charla en las que aparece un Milei raro para la imagen predominante que tenemos de él. Un argentino de clase media, que quiere ser jugador de fútbol, al que le gusta el rock, impactado por la hiperinflación del 89, con conflictos con su padre y su entorno, que va construyendo su vida con resistencias, fracasos y algunos logros. Esa mirada lo convierte en un individuo que se acerca mucho más al argentino promedio que Macri, Cristina y Néstor Kirchner, Alberto Fernández, De la Rúa o Menem.

Además de lo biográfico, de la mano de analistas políticos y económicos que aportan miradas diversas, el libro enfoca distintos ángulos del fenómeno que encarna el presidente y cuyo abordaje resulta imprescindible para comprender nuestro presente.

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DANIEL DESSEIN

Una impostura maravillosa

extraordinaria historia narrada por una de las grandes plumas europeas de hoy

NOVELA

THEODOROS

MIRCEA CĂRTĂRESCU

(Impendiemnta - Madrid)

Cărtărescu encontró, hace décadas, la punta de un hilo que llevaba a una historia fantástica: Ion Ghica -político e intelectual rumano- le escribe en sus Cartas a Vasile Alecsandri sobre la íntima convicción que siente de que Tewodros II, negus negusti de Abisinia durante mediados del siglo XIX, era en verdad su amigo Tudor, un valaco hijo de un sirviente del padre de Ghica con el que compartió parte de su infancia. Un joven Tudor abandona un día su patria, en busca de fortuna, y poco más se sabe de él. Cómo este muchacho nacido en el Principado de Valaquia acaba sus días como emperador etíope era un enigma que requería del talento de Cărtărescu para ser descifrado, forjándose un relato fabuloso que atraviesa regiones y eras, acomodándose todas las piezas alrededor de un eje que es la vida y los anhelos del protagonista, un hombre que desconoce los límites y acaba como muchos temerarios, cayendo por volar demasiado cerca del sol.

Si aceptamos que Theodoros se desarrolla en tres planos -Rumania, Grecia y Etiopía- podemos señalar que el que tiene lugar en el continente africano es más logrado, pero en ningún momento la novela se torna cansina; al contrario, la lectura de sus más de 600 páginas confirma que Cărtărescu es uno de los grandes nombres de la literatura europea actual; una literatura que aún resulta magnífica cuando una buena historia encuentra una pluma digna de ella.

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MARTÍN MAZZUCCO CÁNEPA

Por qué perdió el peronismo en el 83

análisis de la derrota electoral encabezada por Italo Luder

HISTORIA

1983, LA PRIMERA DERROTA DE PERONISMO

JUAN MANUEL ROMERO

(FutuRock - Buenos Aires)

Este libro es un análisis histórico de la disputa electoral que tuvieron los dos grandes espacios políticos del siglo XX en la argentina, el partido radical y el justicialista, en el marco del regreso de la democracia en el año 1983. Una dictadura desgastada políticamente, presionada cada vez más por movilizaciones sectoriales y con la derrota de Malvinas a cuestas, que encuentra su válvula de escape vía la reapertura del proceso democrático y la libre elección de autoridades. En este marco, esta investigación de Juan Manuel Romero aborda la cuestión de los dos grandes partidos frente a este nuevo desafío democrático y electoral luego de años de prohibiciones políticas, explora los reordenamientos internos en cada caso y los nuevos liderazgos que emergían en cada espacio. Mientras el peronismo mantenía tanto en su conducción como en la elección de sus candidatos y en el diseño de la estrategia electoral a sus referentes sindicales históricos (fundamentalmente representados en las figuras de Lorenzo Miguel y Herminio Iglesias), el radicalismo vivía un proceso de renovación interna dando lugar a nuevos liderazgos como el de Fernando de La Rúa y Raúl Alfonsín. En este sentido, el peronismo encara la elección bajo ciertos modos de hacer política y una singular forma de dialogar con una sociedad que se había transformado profundamente y cuyas demandas se habían modificado. El radicalismo en cambio, representado por la figura de Raúl Alfonsín, logra interpretar mejor esos cambios estructurales de un país que anhelaba dejar atrás el pasado.

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EZEQUIEL MARIO MARTÍNEZ

Novela póstuma de Abel Posse

el cierre de su ciclo del descubrimiento de América

NOVELA

LOS HERALDOS NEGROS

ABEL POSSE

(Verbum - Madrid)

Los heraldos negros, como las tres primeras novelas del ciclo, propician un sacudón al género de la novela histórica tradicional, mutando por completo a este subgénero de la novela. Así, este autor arroja por la borda a la novela neorrealista con su minuciosa y detallada recreación de épocas pretéritas. De ahí que las novelas históricas de Abel Posse se distingan por su desmesurado cometido de querer contarlo todo: los orígenes de la identidad americana, el encontronazo de cosmovisiones de los mundos americanos y europeos, politeísmos originarios y monoteísmo judeocristiano, el catolicismo imperial, el auge y ocaso de la modernidad occidental, las heridas del colonialismo, y el viaje como odisea exterior e interior.  

En todas sus novelas hay tanto una experimentación de la arquitectura de la novela, como de su prosa. Para Abel Posse, el gran reto que se proponía en su literatura era lograr la tonalidad estilística justa para lo que quería narrar. En Los heraldos negros alcanza esta meta de manera ejemplar, al fundir su estilo animadamente desbordante con destellos barrocos, con el de una sobria intimidad poética en los tramos meditativos de la novela.

Cabe destacar que en Los heraldos negros Posse no recurre a un personaje histórico, elige al contrario inventar las aventuras de un misionero de túnica negra, Walter Sorgius, que lleva al lector por peripecias físicas y metafísicas, rocambolescas e irreverentes, salpicadas de templadas reflexiones de un ya acriollado jesuita en América.

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ROBERTO H. ESPOSTO

Apotegmas terrenales y celestiales

pensamientos destilados con sabiduría y vivencias profundas

APOTEGMAS

ESTRELLAS VOLADORAS

ALINA DIACONÚ

(Galáctica - Buenos Aires)

Los apotegmas de Alina Diaconú están clasificados en dos grupos: Terrenales y Celestiales. Pero todos parecen haber sido escritos en momentos altos del espíritu, en plenitud de recursos y máxima inspiración, dictados bajo el dominio de una experiencia vital macerada durante años. Tocan una gran variedad de temas: asuntos sociales, políticos, filosóficos, de observación del ser humano en la calle o en el trato más íntimo. Destacan aquellos que reflejan la angustia existencial, las obsesiones que acucian al ser contemporáneo.

Estrellas voladoras es, por otra parte, una suerte de autobiografía y legado del pensamiento de una autora que hace piruetas para sostenerse lo más indemne posible en un mundo que ve desmoronarse desde la niñez, cuando todavía vivía en su país de origen, Rumanía, de donde debió partir con sus progenitores y un baúl que contenía casi nada, todo lo que habían podido rescatar antes de marcharse para siempre. “Dos guerras mundiales -dice uno de sus apotegmas-, revoluciones y nuevos sistemas socioeconómicos. Mis padres tenían el cianuro preparado”. Sentencia que atraviesa el libro y se constituye en simiente y colofón que crepita y clama al cielo, al reequilibrio de la casa interior, a la energía bienhechora que ilumina el camino, al susurro de los Ángeles que protegen de la humanidad y se erigen en guardianes de los que sufren indefensión. Diaconú logra ese encuentro, ese prodigio, con paciencia y sabiduría, con ingenio, porque no ha dejado ni dejará de buscar “el carozo de la vida”.

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 REINA ROFFÉ

Una cuentista del detalle

mirada que se posa en lugares casi insospechados

CUENTOS

EL SOL MUEVE LA SOMBRA DE LAS COSAS QUIETAS

ALEJANDRA KAMIYA

(Bajo la Luna - Buenos Aires)

El libro es una bocanada de aire hecha de pequeños detalles, historias familiares y una escritura felina (pausada, decidida y ágil). Es que cada uno de los trece cuentos funcionan como un ejemplo del ejercicio de la tensión: no sólo el terror y lo terrible, que tanto se han explorado y discutido en los últimos años, mantienen sentado al lector.

En el primer cuento, la hija de una pareja separada es testigo de la lenta disolución de sus padres ante el Alzheimer hasta que la desmemoria lleva a un reencuentro inesperado. En las siguientes páginas, el señor Nishida siente a través del viento que se acerca su muerte y Sara repite para sí los pasos que debe seguir para construir su casa con sus propias manos.

En casi todas las narraciones, hay una exploración de las relaciones familiares, vínculos hechos de palabras al pasar, silencios y sobreentendidos. La naturaleza, sus signos, también construyen un diálogo con los personajes: “si no sopla el viento, es imposible saber si el tiempo pasa o se ha detenido, si uno está vivo o muerto. Esta tierra quiere estar quieta”, se lee en “Los gestos de la sal”, una fábula sobre un trabajador de los salitres. En “Veré árboles”, el último relato, la narradora y su punto de vista van creciendo hasta que, detrás de la ventana, mira los árboles que plantó su padre y que serán la leña del siguiente desarrollo inmobiliario. En detalles como este, se percibe una declaración de estilo.

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SALVADOR MARINARO