En estos días se ha ido confirmando la presencia de “rabia del garbanzo” (ascochyta rabiei) en distintos lotes sembrados en el norte de Córdoba, zona con alta prevalencia del patógeno.

Frente a estos primeros casos detectados en esa región, el laboratorio de Fitopatología de la Universidad Católica de Córdoba pide al productor que se monitoree los lotes de garbanzo que se encuentran en las áreas afectadas. Las condiciones climáticas actuales, son el factor predisponente para el desarrollo de la enfermedad que se está dando en esa zona cordobesa.

La “rabia del garbanzo” es considerada una de las patologías más devastadoras, que provoca importantes pérdidas en el cultivo y puede transmitirse por las semillas.

Respecto de esto, el asesor privado Oscar Nicéforo Vizgarra indicó que en el NOA la “rabia del garbanzo” no es tan problemática como otro patógeno fusariun, ya que ascochyta casi no hay.

“En general, en nuestros cultivos no está esta enfermedad transmitida por semilla; y las variedades que usamos no presentan este inconveniente que sí se da en Córdoba. Otro problema nuestro es la mosquita del garbanzo, un insecto que está en el monte, y cuyos ataques se ven en las cabeceras vecinos a los árboles”, señaló.

En lo referente a lo que sucede en la provincia mediterránea, los técnicos del laboratorio de la universidad indicaron que la presencia de este patógeno se dio en lotes históricamente utilizados con este cultivo y que las últimas lluvias recibidas, junto al aumento en la temperatura, han ayudado a que se desarrollen los síntomas típicos de la rabia del garbanzo.

La enfermedad se encuentra en baja intensidad, por lo que es el momento de monitorear de manera temprana para poder controlar a tiempo para evitar su avance.

Este patógeno ataca las partes aéreas de la planta, como hojas, tallos, pecíolos, vainas y semillas y se observan pequeñas manchas necróticas en las hojas y tallos nuevos.