Karla Castro cuenta los días para concretar el viaje más importante de su vida. A los 27 años, después de dos décadas en el tatami, la taekwondista tucumana clasificó al Mundial ITF, que se disputará en Jesolo, Italia, entre el 3 y el 13 de octubre. Allí representará a la Argentina en Formas Individual I Dan y en Lucha hasta 57 kilos, categorías que ganó en el selectivo nacional de 2024.

No es la primera vez que lo logra. Ya había clasificado en cuatro ocasiones anteriores, pero nunca pudo viajar por falta de recursos. Hoy el sueño vuelve a estar en juego: Karla necesita sponsors y apoyos para cubrir el presupuesto que demanda la competencia. “Es mi quinta clasificación y la primera en la que espero estar presente. No pienso desaprovecharla”, asegura.

Una vida en el tatami

Su vínculo con el taekwondo empezó en septiembre de 2002. Karla tenía cinco años y sus padres buscaban una actividad que la ayudara a canalizar la energía. En su casa de Alderetes convivía con sus padres, su abuela y una hermana 11 años mayor. Rodeada de adultos, necesitaba un espacio propio. Ese lugar lo encontró en la escuela de la sabonim Valeria Ale, quien desde entonces la acompaña como guía.

En solo tres meses ya estaba compitiendo y en diciembre de ese mismo año fue campeona en la Copa Challenger de Tucumán en su categoría. “La competencia te transforma: te da seguridad, confianza, otro carácter”, resume.

El progreso fue constante. En 2009, con 11 años, alcanzó el cinturón negro. “Ese paso marcó un antes y un después, me obligó a tomar otra responsabilidad”, recuerda.

Karla Castro ganó múltiples campeonatos.

La frustración de no poder viajar

Con el tiempo llegaron los torneos nacionales, sudamericanos y panamericanos. Y también el anhelo más grande: clasificar a un Mundial. Lo consiguió por primera vez en 2016, cuando todavía era juvenil. El torneo también iba a realizarse en Italia, pero un cambio de fecha la dejó afuera por edad.

En las siguientes oportunidades, el obstáculo fue siempre el mismo: la economía. El presupuesto base ronda los 5.000 dólares, cifra que incluye pasajes, inscripción y hotel. A eso hay que sumar alimentación, traslados internos y la indumentaria oficial. “Es muy frustrante. Clasificar ya es difícil, porque solo viaja la mejor de cada categoría. Y después de todo ese esfuerzo, quedarte afuera por plata es durísimo”, explica.

Gentileza Karla Castro.

¿Cómo ayudar a Karla Castro para viajar al Mundial ITF de 2025?

En octubre de 2024 Karla se presentó una vez más en el Campeonato Argentino. Ganó sus dos categorías y logró el pasaje al Mundial ITF de 2025. 

“Fueron años de frustración y de pensar en dejarlo. Pero me animé a intentarlo de nuevo y salió bien. Ahora no queda otra que dar lo mejor”, afirma.

Para reunir fondos organiza rifas, sostiene un emprendimiento personal y pide apoyo institucional. También recurrió a las redes sociales, donde compartió sus vías de contacto: WhatsApp (3814479921), Instagram (@karla.castro1) y un alias de Mercado Pago (karla.italia.tkd) para aportes individuales.

“Cada ayuda cuenta, no solo por lo económico, sino porque siento que este sueño es colectivo. No es solo mío, es de mi familia, de mi maestra y de todos los que me apoyaron siempre”, destaca.

Competencia y preparación

En lo que va del año participó en cinco torneos, entre ellos el Nacional y un internacional en River Plate, donde fue campeona tanto en formas como en lucha. Cada viaje lo costeó de su bolsillo, convencida de que la competencia es necesaria para llegar con confianza al Mundial.

“El roce es clave. Competir te prepara no solo en lo técnico, también en lo emocional. Y yo quiero llegar a Italia con la seguridad de haber hecho todo lo posible”, sostiene.

Gentileza Karla Castro.

Entre la facultad y el tatami

Además de entrenar, Karla estudia Ingeniería Agronómica en la Universidad Nacional de Tucumán. Este año decidió pausar el cursado para enfocarse en la preparación, aunque continúa rindiendo materias libres. “La carrera puede esperar, el Mundial es ahora”, resume.

También colabora como instructora en la escuela de su maestra y de su hermana, experiencia que le abrió la puerta a un nuevo sueño: enseñar taekwondo de manera regular en el futuro. “Formar a otros también es parte de lo que significa ser cinturón negro”, afirma.

El sueño del podio

El desafío en Italia será enorme. Enfrentará a rivales de los cinco continentes con la meta de subir al podio. “Es el sueño más grande de cualquier taekwondista. Sé que es difícil, porque desde Argentina competimos en desigualdad económica, pero voy a dar lo mejor para dejar al país en lo más alto”, asegura.

La hora de partir

El 27 de septiembre saldrá de Tucumán rumbo a Buenos Aires, y el 1° de octubre volará junto a la delegación argentina. Será el inicio de una experiencia que esperó durante años.

Después de cuatro clasificaciones frustradas, Karla finalmente tendrá la posibilidad de representar a la Argentina en un Mundial. Su historia refleja la realidad de muchos deportistas amateurs en el país: talento y esfuerzo que chocan con la falta de apoyo, pero también una perseverancia que se niega a bajar los brazos.

“Voy a dejar todo lo que tengo. Este es mi momento”, resume, con la convicción de quien sabe que cada golpe y cada forma en Italia serán la culminación de una vida entera en el tatami.