Por Roberto Delgado y Gustavo Grupalli / LA GACETA
En su libro “El patio de la noche” Pablo Rojas Paz describió a Lola Mora -a quien había visto de niño- como una auténtica “gloria local, a cuyo paso se descubrían los señores y se hacían lenguas las mujeres”. La artista, que había obtenido la ejecución de los bajorrelieves de la Casa Histórica, la estatua de la Independencia (que se llamaría Libertad) y la de Alberdi, hizo en menos de cuatro meses el trabajo. Sus mármoles llegaron el 11 de junio de 1904 a Tucumán. Ella llegó el 18, procedente de Italia. Primero reclamó que la Libertad no podía ser emplazada en la Casa Histórica, por falta de espacio; hizo que sacaran la estatua de Belgrano de la plaza Independencia y levantó allí su Libertad.
El 24 de septiembre a la mañana se inauguraron los bajorrelieves y el Templete de la Casa Histórica, y a las 5 de la tarde, la Libertad. Al otro día se habilitó la estatua de Alberdi. El orador Servando Viaña, en nombre de la Sociedad Sarmiento, vinculó los tres monumentos con la Independencia, cuenta Carlos Páez de la Torre (h) en “Tres obras de Lola Mora” (17/11/2004). “La mano de una mujer tucumana ha modelado estos tres monumentos que se ligan y se complementan en la evolución de nuestra emancipación y en el desarrollo de nuestra vida institucional”, dijo.
En la foto, una tarjeta postal con una imagen poco conocida de la artista.