La aparición del dragón azul (Glaucus atlanticus) en la costa mediterránea española, especialmente en zonas turísticas como Salou, Peñíscola y Vinaroz, ha generado alerta entre bañistas y autoridades locales. Este pequeño molusco marino de 2 a 4 centímetros es visualmente llamativo, pero su picadura puede resultar peligrosa para la salud.

¿Qué es el dragón azul?

El Glaucus atlanticus se caracteriza por su llamativo color azul metálico en la parte superior y plateado en la inferior, lo que le permite camuflarse con el agua y el cielo. Flota boca abajo en la superficie marina y se alimenta de medusas y carabelas portuguesas, de las que extrae su veneno para sus apéndices. Esta capacidad hace que su picadura pueda ser más dolorosa que la de sus presas, razón por la que se le conoce como “el asesino más hermoso del océano”.

Históricamente, la especie fue documentada por primera vez en 1705 en Ibiza, pero no se reportaron avistamientos en el Mediterráneo hasta 2021, en Torrevieja y Orihuela. Desde entonces, su presencia ha ido en aumento, con registros recientes en Gran Canaria, Canet d’en Berenguer y Guardamar del Segura.

Riesgos y síntomas de la picadura

El contacto con el dragón azul puede causar:

Dolor intenso en la piel

Enrojecimiento e inflamación

Ampollas

En casos más graves, náuseas o vómitos

Las personas alérgicas o los niños son especialmente vulnerables, por lo que se recomienda acudir de inmediato a un centro médico si se presenta una reacción fuerte.

Medidas de seguridad ante un encuentro

Los expertos recomiendan:

No tocar nunca al animal, incluso con guantes.

No aplicar agua dulce ni hielo ni frotar la zona afectada.

Lavar con agua salada, retirar restos con pinzas y aplicar paños fríos para aliviar el dolor.

Estas precauciones evitan la liberación de toxinas presentes en sus apéndices.

Por qué hay más dragones azules en el Mediterráneo

Especialistas atribuyen la proliferación reciente a:

Aumento de la temperatura del agua, hasta 6 °C por encima de lo habitual, según la Aemet.

Mayor presencia de carabelas portuguesas, su fuente principal de alimento.

El cambio climático y las corrientes marinas han facilitado que estos moluscos lleguen a playas frecuentadas por turistas, convirtiendo su avistamiento en algo cada vez más común.