La Copa Sudamericana 2025 quedó marcada por la violencia en el partido entre Independiente y Universidad de Chile, y la Conmebol ya abrió formalmente el expediente disciplinario que podría traer sanciones de enorme magnitud. En el documento al que accedieron distintos medios se incluyen las declaraciones del árbitro Gustavo Tejera, del delegado paraguayo Michael Sánchez Alvarenga y del oficial de seguridad designado por la Confederación. Todos coinciden en que la violencia comenzó antes del pitazo inicial y en que los reiterados pedidos de intervención policial fueron rechazados.
Uno de los puntos más delicados apunta directamente a Independiente. Según los testimonios, en la reunión previa de seguridad la Conmebol había sugerido no habilitar la bandeja Sur Baja para evitar choques entre hinchadas, pero la dirigencia del "Rojo" se negó con el argumento de que las entradas ya habían sido vendidas. La promesa de reforzar la vigilancia con seguridad privada en ese sector no se cumplió, lo que derivó en un escenario caótico.
El expediente también menciona un video donde se observa a un hincha de la "U" realizando gestos racistas hacia la parcialidad local, imitando a un simio y mostrando una banana. La inclusión de este hecho eleva el nivel de gravedad, ya que la Confederación castiga con dureza cualquier manifestación discriminatoria en sus competencias.
El delegado de Conmebol relató además que en varios pasajes del encuentro insistieron al jefe del operativo policial, comisario Javier Bibiano, en que autorizara el ingreso de efectivos a la tribuna visitante, pero la respuesta fue negativa. El argumento fue que una irrupción de la fuerza pública podría desencadenar una tragedia. Esa decisión dejó a los oficiales de seguridad sin respaldo y terminó en un clima desbordado tanto dentro como fuera del estadio.
Conmebol ya notificó a Independiente y Universidad de Chile que deberán presentar sus defensas hasta el miércoles 27 a las 13, hora de Asunción. El abanico de sanciones previstas es amplio y va desde multas económicas hasta la descalificación de la actual edición de la Copa Sudamericana o la exclusión de futuras competencias continentales.
El futuro disciplinario de ambos clubes ahora queda en manos del tribunal de la Confederación, en un caso que expone no solo fallas organizativas, sino también responsabilidades compartidas entre instituciones y fuerzas de seguridad.