El Concejo Deliberante de San Miguel de Tucumán aprobó por unanimidad una nueva ordenanza ambiental destinada a fomentar la reducción de las huellas contaminantes en la ciudad, con especial foco en la huella hídrica y la huella de carbono.

La sesión estuvo presidida por Fernando Juri y contó con el respaldo de todos los ediles, quienes avalaron la creación de un programa integral de medición, educación y acción frente a los desafíos ambientales locales.

¿Qué establece la nueva ordenanza ambiental?

El proyecto, impulsado por los concejales José María Canelada y Gustavo Cobos, contempla:

Medición de indicadores ambientales como la huella hídrica y la huella de carbono, además de otros estudios vinculados al medio ambiente.

Campañas educativas para concientizar sobre el uso adecuado de los recursos naturales.

Acciones de mitigación para reducir los efectos adversos derivados de los hábitos de vida urbanos.

Huella hídrica: tres dimensiones a medir

La ordenanza detalla que la huella hídrica mide el volumen de agua utilizado en el consumo o en la cadena de producción de bienes y servicios. A su vez, se clasifica en tres tipos:

Huella de Agua Gris: cantidad de agua necesaria para diluir los contaminantes generados por actividades o procesos.

Huella de Agua Verde: uso directo de agua de fuentes naturales como ríos o lagos para actividades agrícolas, forestales o de jardinería.

Huella de Agua Azul: consumo de agua superficial o subterránea para uso humano, industrial o agrícola.

Huella de carbono: el impacto de los gases de efecto invernadero

La huella de carbono, en tanto, representa la cantidad total de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) generadas directa o indirectamente por una actividad, producto o entidad. Incluye dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y otros GEI.

Este indicador será clave para diseñar políticas locales que apunten a disminuir el impacto ambiental de San Miguel de Tucumán y adaptarse a los compromisos globales frente al cambio climático.