La pandemia dejó una huella imborrable en la manera de pensar el trabajo. En la Argentina, el 51% de los trabajadores afirma que su formato ideal sería el híbrido: algunos días en la oficina y otros desde casa. Sin embargo, la realidad es muy distinta: el 83% de los argentinos trabaja hoy de manera totalmente presencial. El dato surge de la última Encuesta de Candidatos 2025 de Randstad, que, además, destacó la situación en Chile y Uruguay, marcando similitudes y diferencias.
En la comparación regional, el esquema híbrido también aparece como favorito: lo eligen el 63% de los chilenos y el 60% de los uruguayos. Pero cuando se mira la preferencia por la presencialidad, la Argentina saca ventaja con el 41% frente al 20% de Chile y al 31% de Uruguay. El formato remoto a tiempo completo, en cambio, sigue siendo minoritario: lo eligen sólo el 8% de argentinos y uruguayos, y el 17% de chilenos.
El estudio de Randstad encuestó a 4.051 personas de la Argentina, Chile y Uruguay entre el 5 de mayo y el 25 de julio de 2025. Los resultados reflejan cómo la conversación sobre el trabajo sigue en movimiento, con la presencialidad aún fuerte, pero con un horizonte que, tarde o temprano, terminará inclinándose hacia modelos más flexibles.
¿Cómo se imagina el trabajo híbrido ideal?
El concepto de trabajo híbrido no es único y Randstad preguntó qué esquema sería el preferido si los trabajadores pudieran elegir. En la Argentina, el 62% optaría por un modelo con dos días de home office y tres presenciales. Se trata de una fórmula que también convence en Uruguay (55%) y, en menor medida, en Chile (41%).
En segundo lugar, se ubica la alternativa de tres días remotos y dos presenciales, elegida por el 33% de los chilenos, el 30% de los uruguayos y el 22% de los argentinos. En el extremo, aparece la opción de pasar cuatro días en casa, y sólo uno en la oficina, con más adeptos en Chile (26%), y menos en la Argentina (16%) y Uruguay (15%).
Expectativa vs. realidad en la región
Más allá de las preferencias, el mapa laboral muestra un escenario distinto. En la Argentina, el 13% trabaja en formato híbrido y sólo el 5% lo hace 100% remoto. En Chile, los números son algo más favorables: 26% híbrido y 13% remoto. Uruguay se ubica en el medio, con 19% híbrido y 3% remoto.
En definitiva, el presente laboral de la región sigue marcado por la presencialidad: 83% en la Argentina, 78% en Uruguay y 60% en Chile. La tendencia a volver a las oficinas, que se viene observando a nivel global, también se hace sentir en estos países.
¿Qué hay detrás de estás elecciones?
La CEO de Randstad para la Argentina, Chile y Uruguay, Andrea Ávila, explicó que el “experimento masivo” de la pandemia demostró que el trabajo remoto es posible, pero aclaró que no todas las posiciones laborales lo permiten. Producción, manufactura, comercio y atención al cliente son algunos de los sectores que exigen presencialidad.
Ávila agregó que, para muchos, el trabajo desde casa se convirtió en una expectativa no negociable, mientras que otros lo consideran clave en sus decisiones de carrera. “El desafío de las organizaciones es que las oficinas aseguren conexión y pertenencia dentro de los equipos, y cumplan un rol central en el compromiso y bienestar de los colaboradores”, señaló en el informe.
Un cambio generacional
En el caso de los jóvenes, la flexibilidad laboral aparece como una de las condiciones más valoradas a la hora de elegir dónde trabajar. Los resultados de la encuesta lo confirman: quienes recién ingresan al mercado laboral no ven con buenos ojos pasar todos los días en la oficina, y priorizan la posibilidad de organizar mejor su tiempo entre el estudio, el ocio y la vida personal.
La preferencia por el híbrido también habla de un cambio cultural. Para una generación que ya no concibe el empleo como un contrato rígido, la oficina se transforma en un espacio de encuentro y colaboración más que en una obligación diaria.
¿Qué es lo que viene?
Los números muestran una tensión entre el deseo de los trabajadores y la estructura de las empresas. El camino hacia esquemas más flexibles no será inmediato, pero los especialistas coinciden en que la tendencia se mantendrá. El desafío estará en encontrar el equilibrio: oficinas que fomenten el trabajo en equipo y, al mismo tiempo, la posibilidad de que cada persona organice su semana laboral con mayor libertad.