El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, se pronunció por primera vez sobre el nuevo espacio político “Provincias Unidas”, formado por gobernadores que competirán en las próximas elecciones legislativas y que aspira a presidir el país en 2027. “Desde este grupo va a salir un presidente. No imagino que la Argentina vuelva atrás”, afirmó el mandatario santafesino. En este contexto, analistas políticos evalúan cómo un frente de gobernadores podría sumar apoyos de cara a las presidenciales, el papel clave del conurbano bonaerense cuando el candidato no es del AMBA, y la posible postura que adoptará Osvaldo Jaldo.

En una entrevista televisiva, Pullaro insistió en la necesidad de afianzar un modelo que contemple el potencial productivo del interior argentino. Señaló que ese objetivo guía la construcción política e institucional del bloque, que integran además el chubutense Ignacio Torres, el cordobés Martín Llaryora, el jujeño Carlos Sadir y el santacruceño Claudio Vidal. El gobernador santafesino aclaró que el bloque no representa un espacio “anti-Milei”, sino un espacio que ha respaldado varias iniciativas del Gobierno nacional. Sin embargo, puntualizó dónde existen diferencias con la Casa Rosada: “Nos unimos para pensar cosas distintas. Está bien mantener equilibrio fiscal, o sostener la macro, pero a veces hay que tener una mirada más sensible de temas que afectan a la gente, de temas que en las provincias no se resuelven”.

En otras líneas, definió que este bloque nació como una defensa del interior productivo: “Nos reunimos diferentes provincias con una mirada muy clara. Santa Fe y Córdoba representamos el campo, la industria, los puertos; Jujuy, la minería, y las provincias del sur, el petróleo. Representamos las divisas que ingresan permanentemente al país. No queremos volver al populismo. Necesitamos mirar hacia adelante”, sostuvo. Asimismo, destacó que este bloque no responde a una lógica ideológica, sino que se basa en la experiencia de gestión: “No somos la tercera vía. Somos gobernadores con trayectorias distintas: hay radicales, justicialistas y del PRO. Lo que nos une es el trabajo, la capacidad de resolver problemas y la vocación de construir una alternativa sólida y federal”.

Finalmente, Pullaro expresó que la Argentina tiene una oportunidad única que no debe desaprovechar: “Entre 2003 y 2009 hubo un ciclo positivo que terminó malgastado por un modelo populista. Ahora se viene el desarrollo energético, el crecimiento de la minería, y debemos prepararnos para aprovecharlo. Pero eso requiere visión, gestión y compromiso con el interior. El futuro no está en el mundo financiero. Está en el campo, en la industria, en las economías regionales y en nuestras provincias”.

Las fuerzas centrígufas

Para el politólogo Gerardo Rodríguez, en Argentina, históricamente las fuerzas centrífugas -es decir, las que parten desde el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) hacia el resto del país- fueron mucho más poderosas que las fuerzas centrípetas, aquellas que surgen desde el interior hacia el centro político y mediático del país. “Un ejemplo ilustrativo es el recorrido de Javier Milei: su carrera política comenzó en los sets de televisión porteños, pero fue respaldado electoralmente por votantes del interior profundo, muchos de los cuales probablemente nunca hayan pisado la capital de su propia provincia. Este fenómeno deja en evidencia que la capacidad de irradiación desde Buenos Aires sigue siendo mucho mayor que la posibilidad de construir una candidatura presidencial sólida desde las provincias hacia el centro”, comentó.

En otras líneas, Rodríguez remarcó que cualquier intento de instalar una figura del interior deberá superar el desafío de consolidarse en el conurbano bonaerense, epicentro decisivo de cualquier elección nacional. “Otro punto a considerar es el financiamiento. Las campañas presidenciales son cada vez más costosas, especialmente por el peso creciente de las redes sociales, los medios de comunicación y las estrategias de marketing digital. En ese contexto, un candidato del interior enfrenta una enorme desventaja para captar los recursos necesarios o atraer a quienes están en condiciones de financiar una campaña, en comparación con un candidato que emerge desde Buenos Aires y cuenta con redes de influencia económica y mediática más desarrolladas”, señaló, haciendo referencia a lo que podía ser un desafío importante para los gobernadores de Provincias Unidas.

A modo de cierre, el politólogo calificó de “valioso” el intento de construir una alternativa federal, pero advierte que para que una figura del interior del país pueda disputar seriamente la presidencia “se requeriría una alteración significativa del status quo político y mediático, una suerte de “bala de plata” que rompa con las lógicas centralistas que han dominado históricam ente la política argentina”.

La posición de Jaldo

Para Gabriel Garat, licenciado en Ciencia Política, es clave analizar la pérdida de peso de los sellos partidarios que viene ocurriendo en la política argentina de los últimos años. “Fuerza Patria, Unión por la Patria, Cambiemos y Juntos por el Cambio, estas coaliciones se seguían apoyando en los entramados territoriales y en los liderazgos asociados a las construcciones partidarias, pero ya no pesan más. Esas identidades aún no están perdidas o muertas, pero pareciera ser hasta ahora que son de índole secundario frente a la dicotomía que presenta Milei: sos casta inflacionaria o sos libertad des-inflacionaria”. Para Garat, la postura de los gobernadores de Provincias Unidas de apoyar algunas políticas del presidente Milei y en otras polarizar, podría resultarles incómodo al momento de pelear por la presidencia en 2027. “Milei busca que esa dicotomía sea el nuevo paraguas ideológico violeta que domine la política nacional, y para eso mantiene vivo a un enemigo claro: el kirchnerismo. Mientras más maniquea es su propuesta, más incómodo es quedarse en los matices o grises, menos importan las representaciones o liderazgos intermedios: es con Milei o contra Milei, todo lo demás es secundario”.

Sobre la postura del gobernador Osvaldo Jaldo -considerado un peronista dialoguista con la gestión libertaria nacional- y su eventual apoyo a Provincias Unidas, Garat señala que dependerá del lugar ocupe para el presidente Milei la lealtad al acuerdo político para gestionar que tiene con el mandatario tucumano. “Si pasadas las elecciones de octubre no precisa del bloque Independencia para afianzar su proyecto político, Milei podrá dejar de recompensar con ATN y con pasividad discursiva el apoyo de Jaldo y las necesidades de la provincia pueden ser otras. En ese caso, habría más incentivos en unirse a un bloque federal que pida por una gestión más amigable para con las provincias”, analizó. En caso de que no existan incentivos para confrontar con Nación, el politólogo destaca que a Jaldo le convendrá seguir con su postura intermedia para asegurar su gestión local y “hacer trinchera en la provincia, sin tener que buscar demasiados apoyos interprovinciales”.

La mira puesta en octubre

Javier Ghio, politólogo y consultor, remarca que para el gobierno de Javier Milei debe resultar preocupante que gobernadores de provincias que representan el 40% del electorado comiencen a delinear alternativas económicas, políticas y electorales marcando una distancia con el rumbo elegido por la gestión nacional. “Provincias Unidas es una alternativa posible de cara a 2027 y con ello no quiero decir que sea un espacio consolidado que se sostendrá en el tiempo, sino que es un espacio que se está construyendo como un camino alternativo a las expresiones políticas existentes”, comentó.

Para  Ghio,  los  gobernadores  interpretan  que  la  relación  con  el  Gobierno  nacional  es  importante,  pero  también  entienden  que  las  economías  regionales  son  recursos  que  no  pueden  seguir  deteniéndose  ni  deteriorándose  debido  a  decisiones  que  se  toman  en  Capital  Federal.  “Son  mandatarios  que  están  transitando  su  primer  mandato  y,  a  pesar  de  la  juventud  de  algunos,  tienen  experiencia  en  política  y  gestión.  Saben  que  el  primer  paso  es  consolidar  su  liderazgo  institucional  en  el Congreso  para  seguir  negociando con el Gobierno nacional el apoyo a iniciativas a cambio de mantener y consolidar obras de desarrollo local”, comentó el politólogo, y manifestó que las elecciones del 26 de octubre se convertirán en un campo de disputa importante entre Nación y las provincias.

“Este camino transversal que iniciaron los gobernadores Pullaro, Llaryora, Torres, Vidal y Sadir genera expectativa en otros mandatarios a partir del desarrollo que se pueda generar a futuro. El juego de la política, de las alianzas, de las presiones y de los acuerdos abre una nueva alternativa y un camino distinto a la polarización. Jaldo, como también otros gobernadores, seguramente pondrá un ojo sobre el tema, seguirá la evolución de Provincias Unidas y, si no se convierte sólo en un espacio de presión o un espacio para negociar recursos de carácter individual, quizás comience a abrir canales de diálogo directo en pos de repensar el vínculo de Tucumán con Nación”, concluyó.