Hace pocos días se anunció que a partir del año que viene los comercios de la Capital no podrán entregar bolsas de plástico, que tendrán que ser reemplazadas por bolsas de papel o papel reciclado, de acuerdo a lo establecido por una ordenanza aprobada el año pasado en el Concejo Deliberante. Se informó, al mismo tiempo, que la disposición complica el panorama de las empresas fabricantes, que aseguran que la producción cayó a niveles históricos. Mientras tanto, la Municipalidad de San Miguel de Tucumán avanza en la promoción del uso de envases alternativos.
La iniciativa, que pone en escena el problema de la excesiva producción y el también excesivo consumo de plástico, y la dificultad que hubo para atenuar su impacto en la sociedad, ha generado por ahora tenues reacciones y curiosidad, toda vez que faltan aún cinco meses para que entre en vigencia. Pero el problema es mayor: se usan bolsas para todo en todas las cadenas comerciales, desde el origen de productos hasta la venta al menudeo en negocios pequeños como verdulerías o semillerías, por citar sólo dos ejemplos. La gente que trabaja en la fabricación del plástico advierte que arrastra caídas en su capacidad productiva. “Venimos desde el año pasado con problemas. En las empresas, cuando están funcionando bien, la capacidad productiva se sostiene en un 70%, no solo en bolsas. Pero puede caer a un 30 o un 40%; hoy por hoy estamos rondando el 20%”, sostuvo Roberto Fernández, secretario adjunto de la Industria del Plástico de Tucumán, que consideró que “el problema del plástico es el uso responsable de quien lo maneja”. Sucede que la fabricación de bolsas con material biodegradable, que es aceptable para comercializar, es más costosa y los envases resultan menos atractivos para la compra mayorista. “La bolsa biodegradable dura entre tres a seis meses, depende de la cantidad y el uso que se le dé. Entonces ahora el consumidor no hace los pedidos que hacía antes, de 10 o cinco millones de bolsas, porque no sabe si de acá a seis meses le va a servir todavía”, explicó Fernández. Además, sostiene que en grandes comercios como los súper, “el plástico es un 75% de lo que está en las góndolas”.
El problema es complejo. Como ha expuesto la experta Agustina Besada en el reciente el encuentro “Experiencia Innovación Sostenible” en Tucumán, la estrategia de reciclar resulta importante pero es insuficiente y hay que enfocarse en el origen -enfatiza- porque todo el sistema está entregando sin parar productos plásticos a la sociedad.
La secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable municipal, Julieta Migliavacca, dijo que se está capacitando sobre la reducción del uso del plástico y, por otro lado, planteando iniciativas para promover el uso de bolsas alternativas. Cabría pensar en una convocatoria más amplia para un tratamiento mayor, en el que se involucren la provincia y otros municipios, a fin de avanzar en este problema que nuestra sociedad no ha sabido resolver, si bien hay mayor conciencia ambiental.