"Encuestas, encuestas, encuestas. Y lo que dicen las encuestas es que La Libertad Avanza (LLA) ha avanzado más de la cuenta. Tanto, que el peronismo le tiene miedo. Por primera vez en muchos años, el peronismo teme a su rival no solo por debilidades propias, sino también por las fortalezas del otro. El peronismo llega a esta recta final rumbo a las elecciones de octubre con miedo", comentó Federico van Mameren, conductor de Panorama Tucumano, el programa insignia de LG Play.
Luego agregó que el espacio libertario "todavía no tiene candidatos, liderazgos ni el andamiaje propio de la política. Sin embargo, brotan los votos. Por eso la tan mentada unidad del PJ, y por eso también, por el miedo, aflora la testimonialidad en las candidaturas de octubre".
"A ver, las encuestas le dicen al gobernador que existe la posibilidad de perder. Por lo tanto, es necesaria la unidad. Pero, digamos, ante la hipótesis de que perdiera, ¿de quién va a ser la culpa? Del gobernador. Y si fuera, y si no fuera, como candidato, ¿de quién va a ser la culpa? Del gobernador. Es decir: vaya o no en la testimonial, los consultores y las encuestas confirman la responsabilidad que le cabe al gobernador, y por lo tanto, el gobernador está decidido a ir por todo. Cuando el gobernador decide eso, pone en una encrucijada al vicegobernador Miguel Acevedo y a la intendenta Rossana Chahla. Ambos tendrán que trabajar especialmente en estos comicios, porque también arriesgan. Las situaciones internas dentro del PJ no están claras ni cómodas, pero no les queda más remedio, porque el miedo que los acecha los obliga a jugar", explicó.
También señaló que la otra gran apuesta en juego es la dispersión de la oposición. "Hay que reconocer que el gobernador, de alguna manera, contribuyó a la gran diáspora que hoy atraviesa la oposición. Por un lado, La Libertad Avanza; por otro, el bussismo; y por otro, CREO. Aparecen más candidatos en la palestra que seguramente no llegarán, pero que, sin embargo, estarán en la contienda y le restarán votos a la oposición", opinó.
Por último, sostuvo que la buena noticia del día la dio el presidente. "Dice que no va a insultar más. Pero lo cierto es que el problema no es de quienes recibimos las ofensas ni de quienes son ofendidos. El problema es del presidente. Un presidente de la Nación está llamado a tender puentes, a abrazar a la sociedad. Un líder no debe ofender, ni atacar. Así que, en buena hora, que el presidente repiense esto. Pero no por los ofendidos, sino por él mismo", sentenció.