Perder contra River no es noticia. Pero mostrar personalidad, sostener una idea clara y competir durante largos pasajes, sí lo es. En medio del vendaval de jerarquía que propuso el equipo de Marcelo Gallardo, San Martín dejó mucho más que un 0-3 en su presentación por Copa Argentina: mostró un esbozo del plan que Mariano Campodónico quiere construir. Y aunque el resultado no fue el esperado, el debut del nuevo DT dejó claves fundamentales para lo que se viene. Algunas positivas, otras preocupantes, y varias que invitan a ajustar rápido. Porque el próximo examen será en Puerto Madryn, ante el líder de la Zona A, y ahí no habrá margen para el error.

- Una idea clara y valentía táctica

Campodónico no especuló. Eligió un esquema ofensivo (4-1-4-1), con presión alta, salida desde abajo y juego abierto por las bandas. A pesar del contexto adverso, el equipo fue al frente. San Martín intentó imponer su plan, con agresividad en la mitad de la cancha y proyección constante de los laterales. Hubo momentos en los que le disputó la pelota a River en campo rival. Y aunque esa valentía no se tradujo en goles, fue una señal nítida de intención.

- Un mediocampo que se soltó y fue protagonista

Uno de los aspectos más rescatables fue la soltura de la línea media. Con Matías García anclado como volante de contención, tanto Nicolás Castro como Jesús Soraire encontraron mayor libertad para jugar. Castro, que se consolidó como titular en los últimos encuentros, se mostró activo, combinativo y siempre dispuesto a romper líneas. Por su parte, Soraire tuvo intensidad, distribución y pisó el área cuando fue necesario. La sociedad entre ambos puede ser clave contra Madryn, en un duelo cerrado que requerirá creatividad, precisión y energía.

- Sand, el estandarte de San Martín

Cuando River aceleró, Darío Sand volvió a decir presente. El arquero sostuvo al equipo en momentos críticos: le ganó un mano a mano a Miguel Borja y contuvo remates de media distancia con reflejos notables. En una noche con poco margen para el error, su rendimiento fue una garantía, como tantas veces en la temporada pasada. Su nivel sigue siendo una de las fortalezas más sólidas del equipo.

- Laterales con actitud, pero con límites

Tanto Federico Murillo como Hernán Zuliani intentaron sumarse al ataque, incluso buscando emparejar en velocidad a rivales como Gonzalo Montiel y Marcos Acuña. No es poco. Aunque no siempre lograron marcar diferencias, mostraron compromiso, actitud y despliegue. El retroceso defensivo, sin embargo, sigue siendo un punto a corregir, sobre todo cuando el rival ataca con superioridad numérica.

- Intensidad como bandera

Más allá del resultado, hubo una actitud que se notó: la intensidad. El equipo corrió, presionó, intentó. Esa energía debe convertirse en el piso para lo que queda del torneo. Campodónico necesita que San Martín compita con la misma entrega en cada fecha, en cada cancha, sin importar el rival. Solo así podrá sumar puntos suficientes para llegar a fin de año con chances concretas.

- Falta de contundencia: la gran deuda

San Martín tuvo sus chances, pero no las aprovechó. Enfrentar a River y fallar una o dos ocasiones es sinónimo de derrota segura. Pero lo preocupante es que esta dificultad no es nueva. La falta de efectividad es una constante en el torneo. Contra Madryn, un rival directo en una cancha complicada, las oportunidades serán aún más escasas. La toma de decisiones en los últimos metros debe mejorar de inmediato si se quiere volver con puntos.

- Balón detenido: el recurso que ya no pesa

San Martín supo ser letal en la pelota parada. Hoy, ya no lo es. De los 22 goles a favor en el torneo, apenas siete llegaron por esa vía: cuatro de penal y tres de córner (Mauro Verón vs All Boys, Matías García contra Güemes y Martín Pino frente a Los Andes). Para un equipo que necesita optimizar cada ocasión, recuperar este recurso no es opcional: es urgente.

El debut de Campodónico fue contra el rival más difícil posible. En ese espejo, San Martín vio reflejadas tanto sus virtudes como sus carencias. La diferencia fue clara, pero también lo fue la intención. Ahora llega el momento de la verdad: Deportivo Madryn, líder del grupo, espera el domingo en el sur. Si el equipo logra sostener lo bueno, corregir lo flojo y afinar lo que está en proceso, puede transformarse en un verdadero candidato. Porque perder con River no es lo que marca el camino. Lo que viene después, sí.