Cada 1º de agosto, el ritual del té de ruda se repite en muchos hogares del norte argentino como un homenaje a la Pachamama, con la esperanza de atraer salud y buena fortuna. Sin embargo, especialistas advierten que esta costumbre ancestral no está exenta de riesgos si no se toman ciertas precauciones.
El doctor Alfredo Córdoba, médico toxicólogo y asesor del Ministerio de Salud, explicó que la ruda “contiene alcaloides que en grandes cantidades pueden ser perjudiciales para la salud”. En ese sentido, remarcó que la forma de preparación y la cantidad consumida son claves. “Se recomienda que el té se prepare como una infusión, con breve cocción, para evitar la liberación de compuestos tóxicos”.
Según la tradición, el ritual consiste en beber tres sorbos: el primero en honor a la Madre Tierra, el segundo para proteger la salud y el tercero para atraer la buena suerte. Córdoba no desestima su valor simbólico, pero pide atención con el consumo.
“El té de ruda no es recomendable para niños ni para embarazadas, ya que puede provocar contracciones uterinas. Tampoco se aconseja en personas con enfermedades renales o hepáticas”, advirtió. También señaló que hay que tener cuidado con la procedencia de la planta, ya que los productos secos pueden contener conservantes dañinos.
Además, el profesional mencionó otros vegetales que pueden tener efectos tóxicos si no se usan correctamente, como el paico, el eucaliptus, el anís estrellado y la borraja.
Para Córdoba, la clave está en la información y el consumo responsable: “Si bien el té de ruda puede tomarse de manera simbólica y en pequeñas cantidades, es fundamental conocer sus posibles efectos adversos”.