El polaco-austríaco Carlos Zatuszeck tenía 40 años en 1937. Aquí se lo conoció como “El Alemán”. Había sido mecánico en el ejército austríaco durante la I Guerra Mundial y llegó al país en 1923. Trabajó como mecánico en un taller y cuando vieron su habilidad al volante se sentó en los pesados autos Mercedes-Benz SSK y eso lo catapultó a las carreras, que en esa época eran una gran pasión y las velocidades más altas rondaban los 180 km/h.. Él ganó, precisamente, la primera competencia de 200 millas en el autódromo del parque 9 de Julio, en 1935. En el blog “No Mirando a Nuestro Daño (Todos los Pilotos Muertos)” J.-L. Otero de Saavedra Mira dice que era “de gran corpulencia y fortaleza física y mental; se convirtió en un piloto formidable, de los de enorme voluntad de victoria aún a costa de asumir riesgos excesivos”. Se cansó de ganar carreras a lo largo de 10 años: 17 competencias.
Recuerdos fotográficos: empedrado, marca de la ciudad desde 1832El 8 de octubre de 1937, mientras se entrenaba para la carrera del domingo 10 en Casilda, su auto patinó en una curva “que aún se encontraba humedecida por la tormenta del día anterior, deslizándose suavemente de través hacia la alambrada del cunetón, donde se acostó. Carlos se golpeó la cabeza contra un poste, sufriendo una conmoción cerebral” y falleció poco después. A su hermano Miguel (acompañante) y al auto no les pasó nada. Aunque Miguel fallecería en otra carrera poco después, con el mismo auto.
LA GACETA del 9 de octubre publicó en su portada la muerte del gran conductor. La foto mostraba al piloto durante la carrera del 18 de julio en el Parque Centenario de Tucumán.