Quienes la ven desde la pantalla la imaginan de acero, implacable, invencible. Pero Chenoa, en persona, es todo lo contrario: cálida, divertida, mordaz y luminosa. En una entrevista con La Razón, la cantante y presentadora se muestra sin coraza y con más verdad que nunca. A sus 50 años, asegura vivir la mejor etapa de su vida, alejada de los mandatos, de las presiones... y del amor romántico.

“Estoy en paz con no tener pareja”, lanza sin rodeos. “Ahora mismo estoy muy centrada en lo que me da amor, que es hacer lo que me gusta”, explica, sin cerrar del todo la puerta al corazón, pero dejando claro que no piensa buscarlo activamente. "Algo muy bueno tendría que llegar a mi vida para que yo le abra la puerta", subraya.

De diva pop a referente de la televisión

Aunque muchos asocian su nombre a grandes éxitos musicales, Chenoa reconoce que hoy su gran conexión con el público viene por otro canal: “La tele me ha dado pie a entrar en las casas, a sentarme en el sofá con las familias”, afirma. Para ella, lo importante siempre ha sido llegar a la gente, ya sea cantando o presentando.

Eso no significa que haya colgado el micrófono. Al contrario. “El otro día en Santurtzi fue mágico. Estaba emocionada, y el público también”, recuerda sobre su último concierto. Aunque es crítica con el mercado actual: “Los discos ya no me llaman la atención. Es una inversión que luego no me remunera nada. Las canciones duran una semana y eso duele”.

Sin miedo, sin filtro y sin chándal

Sobre su carácter fuerte —algo que marcó su paso por la primera edición de Operación Triunfo—, Chenoa no se disculpa: “Me alegro de no haberme callado ni doblegado. En aquella época ser contestona te protegía”, sostiene. Y aunque el famoso “momento chándal” la persigue desde entonces, hoy lo resignifica con ternura: “Ahí veo a una chavala muy jodida, muy desprotegida. Me da mucha lástima y mucha ternura”.

El tiempo ha pasado, y lejos de estancarla, la ha fortalecido. “Tengo 50, no 26. Estoy aquí. Y estoy bien”, dice, como quien lanza un manifiesto. Porque sí, en un mundo que intenta congelar a las mujeres en su juventud, ella se reivindica con cada paso.

“El fuego lo tengo, y no me apagan ni los bomberos”

La entrevista cierra con una pregunta simbólica: ¿Tienes fuego? La respuesta, cómo no, llega con la chispa de siempre: “Obvio. El rock and roll tiene fuego, si no, no te subas. Salí al escenario como un toro Miura. No, no, a mí no me apagan ni los bomberos”.

Así es Chenoa: una mujer que no se explica sin pasión, sin sarcasmo, sin autenticidad. Una artista que sigue brillando sin necesidad de enamorarse… porque su fuego, al final, lo pone ella.