El director ejecutivo de una de las comunidades judías de América Latina se presentó ante oficiales de policía para enseñar sobre antisemitismo. Luego de referirse durante un buen rato al tema, llegó el momento de las preguntas. Uno de los oficiales levantó la mano y preguntó: “Disculpe, señor. ¿Qué es un judío?” Esta historia me enseñó que nunca debemos considerar nada por supuesto”. De esta manera comienza el capítulo 1 de Antisemitismo. Definir para combatir, el “Manual apto para todo público” que ha publicado Ariel Gelblung, director para América Latina del Centro Simon Wiesenthal.

- Resulta revelador el abordaje socrático de la obra. La idea de que enseñar la historia del pueblo judío, así como algunos aspectos esenciales de su cultura, será una herramienta para combatir la judeofobia. Sin embargo, creo que a estas alturas es claro que hay mucho antisemita informado...

- Bueno, eso lo dije en el libro también. De los 15 jerarcas nazis que estuvieron en la conferencia de Wannsee, ocho tenían doctorados universitarios. Y los nazis provienen del país que era, supuestamente, la nación más culta de la historia de la humanidad.

La referencia de Gelblung es toda una economía de ejemplos. Wannsee es el suburbio de Berlín donde, el 20 de enero de 1942, tuvo lugar un instante de mal absoluto: el encuentro de jerarcas ministeriales del III Reich para implementar y coordinar la denominada “solución final”. La aniquilación a escala industrial de 6 millones de seres humanos que profesaban la fe judía. De los cuales, aproximadamente, 1,5 millón eran niños.

- ¿Por qué esta decisión por la judeofobía persiste y se recrudece?

- Si yo encontrase la respuesta fácil, sería muy fácil contrarrestarlo. Estamos ante un odio. Un odio es irracional y no tiene una explicación. Entiendo que hay quienes tratan de depositar la responsabilidad por aquellas cuestiones que no andan bien en alguien a quien consideran “distinto”. Y resulta que “distinto” puede ser quienes durante tanto tiempo sobrevivieron mientras otros desaparecieron. Alguna razón tendrá este superviviente, o por una u otra cosa este permanece…

- Pero después del Holocausto, la persistencia del antisemitismo no tiene atenuantes…

- Este sesgo sigue presente. Pero el antisemita tradicional se reconocía como tal: reconocía que odiaba al judío. El antisemita actual, en cambio, te dice: “¿cómo voy a ser antisemita yo si defiendo los Derechos Humanos?”. Y detrás de esa pantalla viene el “pero”. Y el “pero” se puede llamar de todas las formas posibles. En especial, “antisionista”.

Precisamente, el autor explica en su libro que “no toda crítica hacia el Estado de Israel es considerada antisemitismo. Pero hay que entender que muchas están dirigidas a que es el único Estado judío, en forma velada, y trascienden la eventual crítica al comportamiento del Estado o a su circunstancial gobierno”.

- Como ejemplo, un periodista que se reconoce a sí mismo dentro del sector progresista me llamó y tuvo conmigo una charla de más o menos una hora. Me dijo: “Yo quiero escribir una nota porque estoy preocupado: se está llevando adelante un genocidio en Gaza y a los políticos argentinos no les importa, están callados. Le dije que, en primer término, no se está llevando adelante un genocidio y expliqué el porqué. En segundo lugar, le pregunté por qué no le preocupaba que, durante esa misma semana, India y Pakistán estuvieran a punto de entrar en un conflicto bélico, pese a que ambas son potencias nucleares. O por qué no le preocupaba la matanza de alauitas por parte de los nuevos gobernantes sirios en el sur de ese país. O por qué no le inquietaban las constantes matanzas de cristianos en Nigeria o en el Congo… Entonces él me dijo: “son casos diferentes. Si yo voy a mi editor y le planteo que quiero escribir sobre estos otros casos me va a dar cuatro renglones y yo quiero escribir más”. Le dije, entonces, tenemos que reconocer que al problema del sesgo lo tenía su editor, además de él mismo. La razón por la cual no les interesaban los otros temas es porque no hay judíos ni está Israel de por medio. Es decir, hoy los antisemitas no se aceptan como antisemitas. Hasta el punto que la conversación terminó con el periodista preguntándome si podía recomendarle alguien del espectro progresista que pudiera opinar sobre Gaza. Es decir, no buscaba verdades, sino alguien que diera las respuestas que él quería escuchar.

- Lo llamativo es que ya no se trata de conductas individuales, o dispersas. Hemos visto antisemitismo puro y duro en universidades de elites del primer mundo, donde se promovía la exclusión lisa y llana de alumnos y de docentes que profesaran la fe judía.

- Este es un fenómeno del que nosotros veníamos hablando hace muchísimos años, pero recién salió a flote porque estaba esperando que sucedieran cuestiones como las del 7 de octubre del 2023 (N. de la R.: es la fecha del pogromo en que terroristas de Hamas mataron a unas 1.140 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a unos 250 en el sur de Israel). Ese hecho les permitió tirar las máscaras, mostrarse sin ningún problema y emerger con toda impunidad. Sólo entonces es entendible el fenómeno de que el candidato a alcalde demócrata de Nueva York (Zohran Mamdani) sea un tipo que haya apoyado lo hecho por Hamas el 7 de octubre de 2023 y que diga: “los judíos de Nueva York conmigo van a estar tranquilos”. Por supuesto, que a los judíos de Nueva York no se les ocurre apoyar a Israel porque, si no, no estarán tranquilos con él.

- Y no sólo ocurrió en los Estados Unidos…

- En Australia, en estos momentos, se están viviendo momentos complicadísimos. Cuando sucedió lo del 7 de octubre de 2023, celebridades judías australianas, preocupados por el tema, armaron un grupo de WhatsApp para articular acciones conjuntas en defensa de la comunidad. Este grupo fue infiltrado y fueron dados a conocer quiénes son y dónde viven los principales referentes. Ellos empezaron a sufrir acoso personal y escraches. Cuando algunos de ellos acudían a los ámbitos universitarios a denunciar los hechos antisemitas, se toparon con que las universidades no solo defendían en nombre de la libertad de expresión a quienes los atacaban, sino que empezaban a insinuar que iban a dejar sin efecto la adopción de la “Definición Práctica de Antisemitismo” que en 2016 brindó la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto (IHRA, por sus siglas en inglés).

La definición del IHRA, recogida en “Antisemitismo. Definir para combatir”, dice, textualmente: “El antisemitismo es una cierta percepción de los judíos que puede expresarse como el odio a los judíos. Las manifestaciones físicas y retóricas del antisemitismo se dirigen a las personas judías o no judías y/o a sus bienes, a las instituciones de las comunidades judías y a sus lugares de culto”. Gelblung explica en dos capítulos de su libro, precisamente, el enorme avance mundial en la lucha contra el antisemitismo que supuso acuñar esa definición. Por ello, que ahora ese concepto sea puesto en duda supone, para el autor, un hecho paradigmático. Un hecho absurdo, pero real.

- Es decir, quien proclama que no es antisemita dice que la definición está mal hecha precisamente porque lo coloca en ese lugar. Su argumenta sería: “yo no voy a aceptar que vos, que te definís como sionista, definas qué es el sionismo. Soy yo, el que odia el sionismo, el que voy a explicar cuán malvado es el sionismo”. Es la primera vez que una ideología es definida por quienes están en contra de la ideología.

- Hablando de contradicciones, el manual también se ocupa de que, en nombre de que se estigmatiza a Israel como un estado opresor, los grupos sociales que se reivindican como históricamente oprimidos se ponen en su contra. Y se termina viendo colectivos que reclaman desde derechos para la mujer hasta perspectivas de género manifestarse en defensa de regímenes donde esos derechos y esas perspectivas son inconcebibles.

- Es el famoso fenómeno de la posverdad. Yo quiero creer sólo lo que lo que para mí es la verdad y no lo que los hechos me demuestran. Nos ocurrió este año con Diana Zurco, quien fue la primera periodista y locutora trans de la Argentina, conductora del noticiero de la Televisión Pública durante los cuatro años del gobierno anterior. Ella viajó en junio pasado a Israel para participar de la Marcha del Orgullo Gay en Tel Aviv, que no pudo realizarse porque cayó el ataque de Irán. Como todos los vuelos estaban suspendidos, para salir tuvo que hacerlo a través de Jordania, con escala en Dubai. Hay que ponerse en el lugar de una periodista trans que tuvo que vivir la experiencia de pasar por dos países árabes luego de que quedara trunca su experiencia de vivir la única Marcha del Orgullo Gay que puede celebrarse en Oriente Medio. Sin embargo, cuando ella contó en sus redes sociales que estaba en Israel recibió toda clase de ataques, porque, en los hechos, ella estaba yendo contra el relato. Y para muchos hay que sostener el relato de que el opresor es Israel a como dé lugar.

- Así como venimos viendo que el antisemitismo ahora es informado, y que no es aislado sino que opera en universidades de elite, otro tanto ocurre inclusive en organismos internacionales.

- Los organismos internacionales dependen de las Naciones Unidas. Y las Naciones Unidas deciden todo a través de negociaciones políticas y votos. Para mí, todo un caso es el de la Unesco, desde que Palestina fue admitida en 2011 como miembro. A partir de ahí, Unesco planteó la urgencia de adoptar la protección de numerosos sitios. Entre, otros han pedido la protección de la plaza de Burak. Burak es, en la fe del islam, el caballo alado de Mahoma, que una noche paró en la ciudad de al-Quds. Allí él lo ató a unas piedras, pasó la noche y a la mañana siguiente tomó el caballo y se fue al cielo en su último viaje. Pues bien, al-Quds es el nombre árabe de Jerusalén; la plaza donde Burak pasó la noche atado a unas piedras no es otra cosa que el Monte del Templo; y las piedras son las del Muro de los Lamentos, que es la pared occidental del Templo donde Jesús predicó y de donde echó a los mercaderes. Unesco, en el marco de sus negociaciones, votó que la única razón de que ese sitio sea reconocido en la historia de la humanidad es por el caballo alado de Mahoma, desconociendo todo lo que pasó antes para la historia cristiana y la historia judía. ¿Cómo puede ser que los demás Estados hayan votado esto? Y estamos hablando de uno solo de los organismos internacionales que se dedica a la cultura. Otro caso es el de Urnwa, el organismo de las Naciones Unidas por los derechos inalienables del pueblo palestino. Es quien está a cargo de darles salud y alimentos, pero miembros y empleados de Urnwa fueron parte del 7 de octubre de 2023. Ellos le entregan la comida a la gente de Hamas y sostienen después que el hambre es culpa de Israel. Hoy (Donald) Trump puso a otra organización que no depende de Urnwa a cargo de la alimentación y sin embargo Hamas ataca esos convoyes de comida porque quieren seguir sosteniendo el poder de decidir que solamente aquellos que aceptan sus reglas son los que van a recibir la comida. Si no, que mueran de hambre y que la culpa sea de Israel Es el primer lugar en el mundo donde aquel que fue la víctima, y que en estos momentos se está tratando de acabar con un grupo terrorista, es el responsable del hambre que están pasando los atacantes.

- Después de este recorrido, ¿por qué escribiste el manual?

- Porque no me resigno. Cada vez que voy a dar una charla, pregunto a la gente que está en el auditorio quién se considera a sí mismo una persona buena. Ese ejercicio muestra que nadie se considera a sí mismo una mala persona. O por lo menos no lo reconocería. Una buena persona no puede odiar. ¿Por qué nos odian a nosotros, entonces? Trato de desamar esos prejuicios. Y eventualmente darles elementos. Además, es muy sencillo, que vos te des cuenta que si alguien le dice “judío de mierda” me está odiando. Pero si alguien te dice “yo no tengo nada contra los judíos, pero sos un colonizador sionista asesino”, bueno, hay que tratar de explicar que me está diciendo lo mismo con otras palabras, ¿no? Incluso, aunque te aclaren a continuación “pero no es contra vos…”

PERFIL
Ariel Gelblund es abogado. Desde 2015 dirige la oficina del Centro Simon Wiesenthal para América Latina. Es miembro del Cuerpo Asesor del Comisionado para el Monitoreo y Combate al Antisemitismo de la OEA y único delegado latinoamericano por la Sociedad Civil en el Comité sobre Antisemitismo y Negación del Holocausto de la IHRA (Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto).