La nueva ofensiva comercial impulsada por Donald Trump ya deja huellas visibles en la economía de Estados Unidos. En junio, la inflación subió un 0,3% y alcanzó un 2,7% en términos interanuales, según datos oficiales publicados por la Oficina de Estadísticas Laborales. Se trata del segundo mes consecutivo con aumentos y del nivel más alto registrado desde febrero.
El repunte estuvo motorizado principalmente por el aumento en los precios de la vivienda, que subieron un 0,2%, y del combustible, que registró un alza del 1%. Estos rubros fueron los principales impulsores del incremento en el Índice de Precios al Consumidor (IPC)
En cuanto a la inflación núcleo —que excluye los componentes más volátiles como alimentos y energía—, se ubicó en el 2,9% interanual, apenas por encima del 2,8% que se mantuvo durante los tres meses anteriores. A pesar de seguir siendo la tasa más baja desde 2021, esta leve aceleración encendió alarmas en la Reserva Federal (Fed), que observa con atención cualquier cambio en la tendencia.
El dato se conoce en medio de un clima de creciente tensión comercial. Trump envió recientemente comunicaciones a más de 50 países, incluidos miembros de la Unión Europea, anticipando la aplicación de nuevos aranceles multilaterales a partir del 1 de agosto. Estas nuevas medidas se suman al arancel general del 10% y al recargo del 50% sobre las importaciones de acero y aluminio que ya están vigentes.
Economistas advierten que estas políticas proteccionistas podrían alimentar aún más la presión inflacionaria y alterar los planes de política monetaria de la Fed en los próximos meses.