Después de una semana espesa y con síntomas de desgaste emocional, San Martín necesitaba reencontrarse con algo más que los tres puntos. El duelo contra Los Andes representaba la primera de dos oportunidades consecutivas en casa para recuperar terreno en el torneo y, sobre todo, aire anímico. El equipo de Ariel Martos lo sabía; por eso, más allá de las formas, ganar era innegociable.

Y la jornada terminó sonriendo: la derrota de Atlanta potenció aún más el triunfo 1-0 logrado por el gol de Martín Pino, ese desahogo que activó un sinfín de emociones contenidas. El festejo posterior no fue sólo euforia: fue alivio. Abrazos en el círculo central, manos en alto dedicadas a los hinchas que bancaron bajo la lluvia y, en el vestuario, música y sonrisas. San Martín se había permitido respirar otra vez.

No fue una noche brillante en lo futbolístico, pero sí eficiente. Y esa eficacia se valora el doble cuando hay urgencias acumuladas. El equipo mostró solidez defensiva, controló los últimos minutos con cabeza fría y, al final, la sensación general fue de que el golpe de timón había empezado. Ahora, con Tristán Suárez a la vista, el deseo es sostener el envión.

“Era fundamental ganar, era muy importante para cortar la racha de dos derrotas consecutivas. Hoy tal vez el tema de las formas era un poquito relativo, pero más allá de eso, intentamos siempre con nuestra idea. Sabemos que los partidos acá van a ser duros, muy complicados. Fue un partido trabado, pero creo que fuimos justos ganadores”, expresó Martos, con serenidad en conferencia de prensa.

En ese sentido, el DT también valoró que su equipo haya sabido jugar con inteligencia luego del gol, sin desordenarse. Después de partidos en los que San Martín había pagado caro algunos excesos ofensivos, esta vez se cerró mejor.

“Nos pasó en el partido anterior que, por ir a buscar el segundo gol, no fuimos cautelosos y nos empataron. Esa fue una autocrítica con el cuerpo técnico. Esta vez apostamos por cerrar el partido, poner una línea sólida y no dar opciones. Y creo que nos salió bastante bien, porque en el segundo tiempo no tuvieron ninguna chance”, explicó Martos, que rescató el carácter del plantel tras el golpe en Santiago del Estero y aseguró que no hizo falta reforzar lo anímico porque el grupo solo respondió desde el primer día de la semana.

“No apuntamos tanto a lo psicológico porque estos muchachos ya tenían una sed de revancha enorme. Habían quedado muy calientes por lo que pasó allá. Apuntamos más a lo futbolístico, a analizar cómo resolver el partido. El objetivo era que los tres puntos quedaran en casa y lo conseguimos”, dijo.

La mirada de los referentes también fue significativa. Darío Sand, uno de los líderes del vestuario, no escondió lo que significaba volver a sumar de a tres en casa. Como ya había ocurrido en la semana, esta vez, el capitán “santo” volvió a ser la voz de mando un plantel, que celebró con todo la victoria.

“Veníamos de semanas difíciles, pero estábamos con muchas ganas de jugar este partido y volver a ganar en casa. Era importantísimo en todo sentido. Logramos la diferencia, no pudimos aumentarla, pero lo importante era dar ese paso y lo dimos. Ojalá sea el punto de partida para lo que viene”, aseguró el correntino, que destacó lo parejo que está el torneo y cómo los detalles terminan siendo decisivos.

“Hoy (el sábado) se vio con lo que le pasó a Atlanta. Veíamos el partido de Colegiales en una cancha chiquita, se les hizo cuesta arriba y perdieron. Hay que estar muy concentrado todos los partidos. Esto es así. Hoy ganamos y nos pusimos ahí nomás otra vez”, analizó sobre cómo se vienen dando los resultados en la zona A.

Pero, el “1” también se permitió un momento de sensibilidad al hablar del aliento de los hinchas, aún bajo el agua y con frío.

“Yo tenía una sensación muy linda porque escuchaba a la gente cantar y me venían recuerdos de los momentos buenos. Esa es la idea: que todos juntos podamos salir de este momento. Sabemos que estamos en una categoría que no queremos estar. Este club se merece estar en Primera. Pero todos juntos, se nos va a hacer más fácil”, sostuvo con emoción sobre lo vivido en La Ciudadela y aquellos recuerdos de la campaña de 2024.

Ahora, el próximo desafío será contra el “Lechero” en el mismo escenario. Con lo demostrado por el plantel, que terminó eufórico, Martos deberá hacer una lectura. Apostar los referentes nuevamente o seguir moviendo piezas en el “11” titular.

Martos apuesta a consolidar la levantada el sábado contra Tristán Suárez

“Estoy muy conforme, no sólo con el mediocampo sino con el rendimiento general. Volvieron Juan Orellana, (Jesús) Soraire y Nicolás Castro, que debutó como titular. Los tres hicieron un muy buen partido. Para este encuentro era clave apostar por la experiencia. No quiero individualizar porque todos hicieron un buen trabajo colectivo. Quizás no lucimos, pero fuimos sólidos y tuvimos situaciones como para aumentar”, reflexionó.

Por lo pronto, el gol de Pino fue mucho más que una anotación: fue el símbolo de una esperanza renovada. Un grito que tapó las críticas, que encendió el fuego interno de un equipo que no quiere bajarse de la pelea. La Ciudadela volvió a rugir y, esta vez, lo hizo con convicción. Ahora el desafío es repetir. Porque en torneos tan ajustados, cada victoria puede cambiarlo todo.