El tucumano Walter Juárez se convirtió en uno de los verdugos de San Martín. Con un cabezazo, el lateral derecho asistió a Pablo Alvarenga, que puso el 2-1 definitivo en el estadio Madre de Ciudades. Así, fue parte de la proeza “gaucha” para mantener el invicto de nueve partidos. El defensor, además, cuenta con una historia especial: se formó en las inferiores de Atlético y dio sus primeros pasos en diferentes clubes de la provincia.
Juárez, según cuenta, empezó su camino en una escuelita de fútbol llamada Marangoni, a la que asistió hasta los seis años. Luego pasó a Tucumán Central, y más tarde dio el salto a las inferiores del “Decano”. En 2020, el defensor decidió marcharse de Atlético debido a la falta de oportunidades en el primer equipo.
“No me iban a tener en cuenta. Yo sentía que tenía que salir para crecer futbolísticamente. Sentía que ya estaba preparado, y Juventud Antoniana de Salta me dio esa oportunidad para crecer como jugador. Aun teniendo contrato con Atlético Tucumán, me tuve que ir a jugar un Regional Amateur. Gracias a Dios me fue bien, ascendí con el club, y ahí mi carrera empezó a crecer de nuevo”, contó Juárez.
“Fue un baldazo de agua fría, porque me había preparado mucho. El club me había preparado para competir en Primera. Yo me sentía preparado, y por cosas del fútbol no se dio. Entonces tuve que bajar de categoría. Física y mentalmente estaba listo, sabía que lo podía hacer. Y el respaldo de la familia es fundamental en esos momentos, cuando uno tiene que bajar. Creo que eso fue lo que me sostuvo para seguir creciendo”, reflexionó.
En cuanto a su formación, Juárez asegura que pasó por diferentes posiciones dentro del campo de juego: en el “Decano”, comenzó como volante central. Rubén Vega, en tanto, decidió probarlo como zaguero, una posición que nunca más dejaría. Mientras que Pablo Martel, actual DT del “Gaucho”, decidió utilizarlo como lateral derecho.
El presente de Güemes es complejo: está en el puesto 15°, con 23 unidades, a cuatro puntos de Alvarado, que se encuentra en zona de descenso directo.
“Nosotros estamos jugando finales, y quedarnos con este triunfo nos pone muy felices”, señaló. También destacó que la presencia de la parcialidad de San Martín le dio otro tinte al partido: “Fue una fiesta para ambos lados, y eso hace que los futbolistas lo disfrutemos de otra manera”, indicó.
Luego del partido frente al “Santo”, Juárez cuenta que tenía el celular estallado de mensajes. “Tengo muchos amigos de San Martín. Algunos me felicitaban, otros me insultaban en broma. Es un poco del folclore del fútbol tucumano, pero para nosotros es nuestro trabajo, y lo que se hace, solamente queda en la cancha. No pasa a mayores”, explicó.
Por último, Juárez dejó en claro que tiene un sueño: luchar por una oportunidad en la provincia.
“Me encantaría volver a Atlético, pero si no es ahí, en San Martín también. Son dos clubes muy grandes. Es un sueño personal. Hoy estoy tranquilo en Güemes, enfocado en crecer como jugador para, si llega la oportunidad de dar un salto a un club más grande o de una categoría superior, estar preparado. Mi sueño personal es jugar y mantenerme en Primera División. Llegar es difícil, pero lo más difícil es mantenerse. Así que mi sueño es llegar a Primera y sostenerme ahí”, cerró.