Quizás una persona inteligente no esté detrás de una pila de libros y más bien la encontremos en una habitación desordenada trabajando, a altas horas de la noche y tal vez, diciendo groserías. La experiencia científica logró definir que las personas más dotadas de habilidad y conocimiento no siempre cumplen con lo que pensamos de ellas y de hecho pueden ser todo lo contrario a lo que creemos.

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La ciencia encontró vínculos entre algunos hábitos bastante particulares y las personas con mayor nivel de aprendizaje, capacidad de resolver problemas y creatividad. Las distintas investigaciones revelaron que la inteligencia no siempre se manifiesta de las formas esperadas y que algunos hábitos que nos parecen insólitos pueden demostrar que una persona tiene una mente más aguda y creativa.

Los hábitos extraños de las personas más inteligentes

En un artículo del medio The Healthy, distintos especialistas mencionaron cuáles eran esas rutinas y prácticas más singulares que caracterizan a las personas con mayor coeficiente intelectual.

Quedarse despierto hasta tarde

Un estudio de la London School of Economics and Political Science encontró que las personas que suelen irse a la cama más tarde tienen coeficientes intelectuales (CI) más altos. Este comportamiento puede ser un indicio de una mente más aguda.

El Dr. Wai, científico investigador del Duke University Talent Identification Program (TIP), añade que esto podría deberse a que sus relojes internos (ritmos circadianos) son simplemente diferentes, o porque tienden a ser introvertidos y disfrutan de la tranquilidad de la noche sin distracciones para pensar y resolver problemas. Los autores del estudio sugieren una raíz evolutiva: nuestros ancestros que se aventuraban en la noche, un lugar más peligroso, necesitaban ser más inteligentes.

Escritorio desordenado

 Aunque se podría pensar lo contrario, un experimento de la Universidad de Minnesota reveló que las personas en un entorno desordenado generaron más ideas creativas que aquellas en un espacio ordenado. La creatividad es una de las características que poseen las personas más inteligentes.

La Dra. Kathleen Vohs, autora del estudio, explica que los "ambientes desordenados parecen inspirar la ruptura con la tradición, lo que puede producir nuevas perspectivas". En contraste, los entornos ordenados fomentan la convención y la seguridad.

El Dr. Jonathan Wai sugiere que no es que el desorden cause creatividad, sino que la creatividad misma puede generar desorden. Estas personas tienden a sumergirse en sus pensamientos, enfocándose en un problema, y la limpieza se vuelve de menor importancia frente a la tarea en cuestión.

Decir groserías

Contrario a la creencia popular de que es "señal de baja educación", un estudio del Dr. Timothy Jay (experto reconocido en el tema) y sus colegas encontró que las personas que podían nombrar más groserías tenían un vocabulario general más amplio.

La habilidad lingüística es un rasgo de las personas con mayor inteligencia. Además, el Dr. Jay menciona que saber cómo y cuándo usar estas palabras es parte de la inteligencia emocional. El Dr. Jay afirmó que la "fluidez en palabras tabú o 'groserías' está correlacionada positivamente con la fluidez verbal general". Esto significa que una mayor capacidad para generar palabras en una categoría se relaciona con una mayor capacidad para generar palabras en otras.

Tomar duchas frías

Aunque todavía no hay mucha información científica al respecto, los autores de un estudio de Finlandia , donde la natación en invierno es común, señalan que "la adaptación al agua fría se asoció con una disminución significativa de la tensión y la fatiga, y una mejora en el estado de ánimo y la memoria". Todas estas son cosas que pueden impulsar la función cerebral y la productividad. Además, salir de tu zona de confort y armarse de valor para bajar el volumen podría inspirarte para el resto del día, según un artículo del New York Times sobre duchas frías.

Garabatear

Otro hábito de las personas inteligentes es garabatear, así que si disfrutas de este pasatiempo, puede que también seas inteligente. Según Sunni Brown , autor de The Doodle Revolution , es una herramienta de pensamiento que puede afectar al procesamiento de la información y la resolución de problemas. Esta noción está respaldada por investigaciones científicas: un estudio del Reino Unido  descubrió que las personas podían recordar un 29 por ciento más de información si estaban garabateando.