El boliviano Manuelito Camacho impresionaba con sus dos metros y 22 centímetros de altura. Tenía 35 años, lo llamaban “el rascacielos humano” y en julio de 1936 se presentó varios días en Tucumán en el cine Moderno (en calle 9 Julio primera cuadra). Había peleado en exhibición con Luis Ángel Firpo pero era un gigante sonriente y bondadoso, amigo de los niños e incapaz de provocar enfrentamientos, cuenta Carlos Páez de la Torre (h) en una de sus “Crónicas de antes”. En la edición de LA GACETA del 5 de julio del 36 se publicó una página de su visita al diario, que Gustavo Grupalli seleccionó junto con la foto central, que muestra su altura.