Luego del resultado que obtuvo Alpine en el Gran Premio de Austria, Flavio Briatore rompió el silencio y lo hizo con la crudeza que lo caracteriza.

Tras otro fin de semana sin sumar puntos en la Fórmula 1, el asesor ejecutivo de la escudería francesa expresó su creciente preocupación por el presente del equipo. Y sus declaraciones no pasaron desapercibidas en el paddock ni en la fábrica de Enstone.

“Perdimos terreno frente a nuestros rivales directos en el Campeonato de constructores tras otra carrera sin sumar unidades y, francamente, este nivel de rendimiento es cada vez más preocupante”, lanzó sin filtros el empresario italiano, que desde su llegada volvió a ocupar un rol importante en las decisiones deportivas y estratégicas del team galo.

Más allá del resultado puntual en el circuito austríaco, el italiano apuntó a un patrón que se repite carrera tras carrera y que parece no tener solución para la escudería francesa. “El sábado el auto había estado rápido y debió estar cómodamente en Q3 con ambos pilotos. Sin embargo, los domingos son una historia completamente diferente para nosotros. Es fundamental entender por qué sucede lo que nos está pasando, especialmente si queremos revertir esta temporada desde la posición difícil en la que nos encontramos actualmente”.

Las palabras del exdirector de Renault dejan entrever un quiebre interno: Alpine no logra sostener el rendimiento de una jornada a la otra, y los avances aparentes en la clasificación se diluyen con el paso de las vueltas los días de las carreras.

Con apenas 11 puntos sumados en el Campeonato de Constructores (todos gracias al aporte de Pierre Gasly), la escudería ocupa los últimos puestos de la tabla, demasiado lejos de las expectativas trazadas a comienzo de año. Y la situación, lejos de estabilizarse, genera más preguntas que respuestas.

El diagnóstico de Briatore no sólo revela preocupación: también sugiere que la paciencia se está agotando. El mensaje fue claro, directo y con destinatarios concretos dentro del equipo. El histórico dirigente, que regresó para intentar devolverle protagonismo a Alpine, dejó en claro que la exigencia será máxima para lo que resta de la temporada.

El próximo capítulo será en Silverstone, en donde el equipo correrá en casa. Pero si algo quedó claro tras las palabras de Briatore es que ya no alcanza con buenas intenciones ni tampoco con parciales prometedores: Alpine necesita resultados concretos. Y los necesita ya, de manera extremandamente urgente.