Por Roberto Delgado y Gustavo Grupalli

Eduardo D. Morales había comenzado a perder la vista en 1944 y abandonó su pasión por las caminatas y el ciclismo, abrumado por su destino. Pero un año después su temple extraordinario -tal como relata la crónica de LA GACETA- lo llevó a hacer, ya totalmente ciego, una caminata a pie, con bastón, hasta Buenos Aires, donde entrevistó al mismo presidente, Juan Domingo Perón, “quien dispuso que se le hiciera la concesión de un surtidor de nafta” para que pudiese vivir cómodamente. La inquietud del raidista siguió latente: el 3 de diciembre de 1949 se publicó esta foto, que seleccionó Gustavo Grupalli, y en la nota se cuenta que, con el auspicio del club Los Ases, Morales emprendería un raid en bicicleta hasta Montevideo, llevando sentado en la parte delantera a su hermanito Arturo Enrique Morales, de 11 años, que como guía le iba a ir indicando el camino.