El Ministerio de Sanidad de España ha propuesto una ambiciosa reforma de la ley antitabaco que amplía las restricciones al consumo de cigarrillos tradicionales y electrónicos. El nuevo borrador del anteproyecto de ley prohíbe fumar a menos de 15 metros de parques infantiles, centros sanitarios, educativos y edificios públicos, así como en terrazas, vehículos laborales o clubes de fumadores, que se eliminarán. También se considera espacio sin humo todo recinto donde se celebren espectáculos públicos, instalaciones deportivas y centros de ocio, tanto en interiores como al aire libre.
Además de reforzar las zonas sin humo, el texto regula nuevos productos hasta ahora poco controlados, como las bolsitas de nicotina y los dispositivos de tabaco calentado. Equipara los cigarrillos electrónicos al tabaco convencional y prohíbe su venta en cualquier lugar que no sea estanco o máquina autorizada. También veta los vapeadores desechables, muy populares entre los adolescentes, y los sabores distintos al del tabaco. Estas medidas buscan reducir el atractivo del tabaquismo entre los jóvenes y evitar que estos productos sean una puerta de entrada al hábito.
Otro de los puntos clave es la introducción del empaquetado neutro, con un diseño unificado y sin logotipos, para evitar la promoción comercial. Asimismo, se prohíbe toda forma de publicidad o patrocinio del tabaco en medios y plataformas digitales, salvo en publicaciones dirigidas a profesionales del sector. Sanidad calcula que, si estas medidas logran reducir entre un 1% y un 2% el consumo, se ahorrarían entre 100 y 200 millones de euros anuales en gasto sanitario, y más de 2.000 millones en costes laborales a largo plazo.