Cada 26 de junio, el santoral católico recuerda a varios santos y beatos, entre los que destaca de manera especial San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei y figura central del santoral del día. Su legado espiritual, ligado a la vida cotidiana y al trabajo como camino hacia Dios, sigue presente en numerosos fieles y comunidades religiosas del país.

Josemaría Escrivá nació en España en 1902 y fue canonizado por el papa Juan Pablo II en 2002. Su mensaje principal fue la santificación de la vida ordinaria, especialmente a través del trabajo, lo que marcó un nuevo enfoque en la espiritualidad católica del siglo XX. En Argentina, el Opus Dei tiene una importante presencia, con centros educativos, universitarios y de formación espiritual en varias provincias.

Además de San Josemaría, el santoral del 26 de junio conmemora a otras figuras destacadas de la fe, aunque con menor devoción popular en nuestro país:

San Antelmo de Belley, obispo francés del siglo XII, patrono de los marineros.

San Pelayo de Córdoba, joven mártir del siglo X, venerado en España por su testimonio de fe ante la persecución islámica.

Beata Margarita Bays, mística suiza del siglo XIX, reconocida por sus dones espirituales y su vida de entrega silenciosa en lo cotidiano.

Aunque no todos los santos del día son conocidos por el gran público argentino, para muchos creyentes estas fechas son una oportunidad para reflexionar sobre valores como el sacrificio, la fe activa y la espiritualidad integrada en la vida diaria.

En muchas parroquias y colegios del país vinculados al Opus Dei, este jueves se realizarán misas y actividades especiales para recordar a su fundador. También se espera que en redes sociales y medios católicos circulen mensajes recordatorios y fragmentos de sus escritos, como los populares textos de Camino, Surco y Forja, libros clave en su pensamiento.

¿Por qué importa el santoral?

El santoral, más allá de su dimensión religiosa, sigue siendo una tradición cultural presente en el día a día de muchos argentinos. Ya sea por quienes llevan el nombre de algún santo, o por el valor simbólico que se le otorga a ciertas fechas, estas efemérides mantienen viva una parte del vínculo entre la religión y la vida cotidiana. En un país de raíces profundamente católicas, aunque cada vez más diverso en sus creencias, el santoral continúa siendo parte del tejido cultural y espiritual.