El último sha: un derrocado mandatario títere

Mohammad Reza Pahlevi fue el último Sha de Irán, un cargo nobiliario similar al de un emperador. Considerado un títere de Gran Bretaña y Estados Unidos, en 1978 desde su exilio en Francia el ayatollah Ruhollah Jomeini llamó a un levantamiento social para instaurar una República Islámica bajo su liderazgo que revirtiese la decadencia y la corrupción imperantes y el regreso a principios religiosos conservadores. El derrocamiento se consumó el 1 de abril de 1979, y Pahlevi falleció al año siguiente en Egipto. “Un Rey Moribundo: El Sha de Irán” y “El último Sha de Persia” son dos documentales disponibles en Amazon Prime Video sobre su vida y su final. Otra producción relacionada con su figura y su entorno familiar es “El Velo Dorado” (incluye a su última esposa, Farah Diba y otros miembros de la dinastía).

La crisis de los rehenes: documental y ficción

El conflicto político y social iraní se manifestó especialmente tenso con EEUU, considerado por los líderes de la revuelta como el principal responsable de la decadencia de su país, derivó en la toma de la embajada norteamericana en Teherán por parte de estudiantes universitarios que capturaron 66 rehenes (13 fueron liberados al poco tiempo y 53 fueron retenidos 444 días). El episodio evolucionó a un plan fallido de rescate impulsada por el gobierno de James Carter, “Garra de águila”, que culminó en un desastre con helicópteros estrellados. En 2019, Barbara Kopple dirigidó el documental “Desert One”, en el que describe lo ocurrido. Luego, se pagó un rescate nunca determinado y los estadounidenses fueron entregados.

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Salvados por Hollywood: el éxito de “Argo”

Un episodio que se desprende de la crisis de los rehenes tuvo características cinematográficas, lo que facilitó en su llegada a la gran pantalla. En 2012, la película “Argo”, dirigida y protagonizada por Ben Affleck, reproduce fielmente un delirante plan para rescatar y sacar de Irán a seis diplomáticos que habían logrado escapar de la embajada de EEUU cuando ingresaron los islamitas y refugiarse en la residencia del embajador canadiense. Un equipo se hizo pasar por cineastas que querían filmar lo que pasaba en Teherán en enero de 1980 y fraguó documentos que le permitieron salir a todos del país. El filme ganó el Oscar a la mejor película (foto), aunque se lo criticó por no haber sido fiel a los hechos. Mucho antes, en 1981, se estrenó el largometraje para televisión “Escape from Teherán: The Canadian Caper”, mucho más realista con lo sucedido.

Animación: premiada en Cannes

“Persépolis” retrató desde la animación la primera y dura etapa de islamización de la sociedad persa tras el triunfo de la revolución. Basada en la novela gráfica homónima de Marjane Satrapi y dirigida por Vincent Paronnaud, esta producción francesa consiguió el Premio del jurado en el Festival de Cannes en 2007. Con base de biodrama, sigue a Marjane, quien a los ocho años vive en el seno de una familia occidentalizada y que sufre la represión que obliga a las mujeres a llevar velo y encarcela a miles de personas. Su adolescencia en el exilio europeo, el amor y la rebeldía aparecen en un relato crudo que fue aplaudido en todo el mundo.

Un escándalo silenciado: triangulación ilegal

Entre 1985 y 1986, durante la administración del presidente Ronald Reagan, el foco de su política exterior estuvo puesto en combatir a los movimientos insurgentes en América Central, en especial contra la revolución sandinista en Nicaragua. Para financiar a los rebeldes de derecha, llamados la Contra (por contrarrevolucionarios), EEUU dispuso la venta ilegal de armas a Irán, sobre el que pesaba un embargo armamentístico que el mismo Washington había decretado, con Oliver North como el militar a cargo de la operación sucia. En 1988 se estrenaron “Nico”, protagonizada por Steven Seagal, y el documental “Coverup: Behind the Iran Contra Affair”, dirigido por Barbara Trent y David Kasper; y al año siguiente, “Irangate, la historia de Oliver”, ficción de Mike Robe.

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Repaso histórico: “100 años de una nación”

Escrita por Jean-François Colosimo y dirigida por Jean-Michel Vecchiet, el documental francés “Irán, potencia de Oriente. Cien años de una Nación” se presenta como la síntesis de la evolución de ese país en sus diversas etapas hasta la actualidad.

En guerra: el conflicto armado con Irak

Un episodio traumático fue la guerra iniciada por Irak en 1980, que concluyó ocho años después sin un vencedor, una contienda que incluyó el uso de armas químicas y una gran pérdida de vidas y material para ambos países. La producción cinematográfica no ha sido abundante en esa historia, pero hay títulos para destacar como “Fuego bajo las cenizas”, un relato de amor de Ebrahim Saeedi; “La sirena”, película de animación de Sepideh Farsi; “El apagón”, de Bijan Mirbagheri y “Nabat”, de Marzieh Vafamehr, ambas vinculadas con los bombardeos sobre Teherán.

En Netflix: varias propuestas por streaming

La plataforma Netflix tiene disponible en su servicio varias producciones que abordan la historia reciente iraní, como el documental “Mi revolución robada”, en el cual la cineasta Nahid Persson Sarvestani entrevista a cinco activistas que también huyeron de su país donde hace 30 años murió su hermano; “Bajo la sombra”, una producción de terror ambientada en Teherán; “La versión persa”, sobre la historia y las costumbres del país en un grupo interétnico; y “Mi madre - Una princesa persa”, acerca de una joven que regresa a Irán para conocer el pasado familiar, entre otras.

El último ganador: el triunfo de Jafar Panahi

“Solo fue un accidente” fue la película ganadora del último Festival de Cannes. La producción de Jafar Panahi expone a cinco personas que se encuentran de casualidad con un hombre que creen fue quien los torturó en prisión, en un guión que aborda la represión, la tortura y la venganza, con toques autobiográficos. El realizador fue detenido y censurado en numerosas oportunidades en su país, y es el autor de “Taxi Teherán”, “El círculo”, “El globo blanco” y “Tres caras”, entre otras -algunas rodadas en clandestinidad-. La anterior Palma de Oro para un director iraní la recibió en 1997 Abbas Kiarostami, por “El sabor de la cereza”, que posicionó el cine de su país en el contexto global. Panahi es uno de los principales referentes de la nueva camada de directores junto a Mohsen Makhmalbaf (“Gabbeh”), Dariush Mehrjui (“La vaca” y “La casa es negra”) y Narges Abyar (“Track 143” y “When the Moon Was Full”).

“No sin mi hija”: basada en una Historia real

La industria estadounidense aprovechó la historia real de Betty Mahmoody, cuando unas inocentes visitas a la familia de su esposo -el doctor Sayyed Bozorg Mahmoody- se transformaron en una pesadilla cuando intenten retenerla junto a su hija de cuatro años. “No sin mi hija” fue protagonizada en 1990 por Sally Field y Alfred Molina, con dirección de Brian Gilbert; también se realizó un documental al respecto.

Dos Oscar: el prestigio de Asghar Farhadi

A los 53 años, Asghar Farhadi es el director iraní más reconocido en actividad, y está en la etapa final de su próxima película, “Historias paralelas”, protagonizada por Isabelle Huppert, Virginie Efira, Vincent Cassel, Pierre Niney, Adam Bessa y Catherine Deneuve. El realizador ganó dos premios Oscar a mejor producción extranjera: “Nader y Simin, una separación” (de 2011)  y “El viajante” (2016), íntimamente vinculadas con su decisión de describir las complejidades de las relaciones familiares y sociales en la sociedad contemporánea de su país, como también hizo en “El pasado”, “Un héroe” y “Todos los saben”, con Ricardo Darín en el elenco. También obtuvo estatuillas en los festivales de Cannes y de Berlín.

Una tragedia inevitable: “Casa de arena y niebla”

Jennifer Connely protagonizó la tragedia “Casa de arena y niebla”, dirigida por Vadim Perelman. Si bien transcurre en Estados Unidos, sobre una joven que luego de separarse de su pareja, pierde la casa donde vivía y entra en un proceso de destrucción, la historia estaría incompleta sin la presencia de Ben Kingsley como un exmilitar especulador comprador de la propiedad, cuya familia de origen iraní -al mismo tiempo- la cobija y se vincula con ella. En el transcurso de la trama, los recuerdos del pasado y la imposibilidad de adaptarse a la nueva vida van siendo determinantes hacia un duro final.