Llegó el  invierno, y cuando la mayoría de los jardines pierde color, hay plantas que sorprenden por su transformación y su resistencia. La Nandina Domestica y la Nandina Fire Power, conocidas como “bambú sagrado”, se destacan por teñir su follaje de rojo intenso en los meses fríos sin exigir grandes cuidados.

Para los amantes de la jardinería, el invierno puede ser una estación desafiante. Muchas especies entran en reposo, pierden hojas o reducen su crecimiento. Sin embargo, las nandinas son una excepción vibrante. Estas plantas no solo resisten las bajas temperaturas, sino que además transforman su aspecto con tonalidades rojizas que embellecen balcones, terrazas y jardines.

Nandina Domestica: elegante y cambiante

La Nandina Domestica puede alcanzar hasta dos metros de altura y destaca por su follaje cambiante. Brota en primavera con tonos rojizos, pasa a verde en verano y vuelve a adquirir un rojo profundo en otoño e invierno. Este ciclo de color acompaña el estado fisiológico de la planta y le da un dinamismo visual único.

Además, en verano florece con pequeñas flores blancas y luego ofrece frutos rojos decorativos que perduran durante los meses más fríos, aportando un atractivo extra en la época en que más se necesita color.

Fire Power: la opción compacta y encendida

La Nandina Fire Power es una versión enana de la anterior, ideal para macetas o espacios reducidos. Rara vez supera los 60 centímetros de altura y, aunque no florece ni da frutos, su fuerte está en el follaje compacto que se vuelve rojo ardiente en invierno. Es perfecta para quienes buscan un arbusto ornamental sin complicaciones ni riesgo de propagación.

Cuidados básicos para ambas variedades

Ambas plantas comparten exigencias similares: necesitan suelos bien drenados, ricos en materia orgánica y algo ácidos. Una mezcla con humus de lombriz, sustrato para acidófilas y fibra de coco es ideal para mantener la humedad sin encharcar.

Prefieren el sol pleno o la semisombra, pero si se desea potenciar el cambio de color invernal, lo mejor es que reciban buena cantidad de luz solar directa. El riego debe ser moderado: en verano, cada 2 o 3 días; en invierno, una vez por semana suele ser suficiente, siempre comprobando la humedad del sustrato antes de regar.

Un espectáculo natural en la estación fría

El viraje al rojo se debe a la combinación de temperaturas frías y mayor exposición solar. En la Nandina Domestica el efecto es más variado, con tonos rojos y anaranjados; en la Fire Power, el rojo es más uniforme e intenso. Este fenómeno permite combinarlas con otras especies verdes o con floración invernal, generando contrastes que realzan cualquier rincón.