El hipo aparece y desaparece durante momentos azarosos de la vida, sin esperarlo y sin despedirlo. Parecería impensable pasar más de un día con este padecimiento, o más de una semana, o varíos años. Sin embargo, a Charles Osborne le paso lo que nadie se esperaría: un ataque de hipo de más de 50 años.

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Esta contracción involuntaria y repetitiva del diafragma, donde el músculo que tiene como función separar el pecho del abdomen produciendo un ruido de "hip" que le da el nombre. Osborne paso la mayor parte de su vida lidiando con ese molesto ruido de manera humorística según los partes médicos.

La historia del hombre con el ataque de hipo más largo de la historia

El 13 de junio de 1922, Charles Osborne era joven y comenzó con su terrible ataque de hipo mientras trabajaba en una granja en Nebraska. Lo sorprendente es que este episodio no se detuvo hasta 1990, lo que lo convirtió en el caso más largo registrado de hipo persistente, según Science Alert.

Durante esos 68 años, se estima que Osborne tuvo alrededor de 430 millones de hipos. A pesar de consultar a numerosos médicos, nunca se encontró una cura efectiva. Incluso se intentó un tratamiento con una mezcla de monóxido de carbono y oxígeno, pero resultó inseguro para él.

A pesar de su condición, Osborne vivió con buen ánimo y desarrolló una técnica de respiración para minimizar el sonido del “hic”. En febrero de 1990, el hipo cesó de forma repentina por razones desconocidas. Murió en mayo de 1991, disfrutando al menos un año de tranquilidad tras una vida marcada por este peculiar fenómeno.

¿Cuál es la causa del hipo?

El hipo se origina por un arco reflejo neuronal que provoca contracciones involuntarias de los músculos respiratorios. Esto hace que la glotis, la abertura entre las cuerdas vocales, se cierre bruscamente, generando el característico sonido "hic". Factores como comer o beber en exceso, ciertos medicamentos, emociones intensas o incluso la risa pueden desencadenarlo.

Aunque suele aparecer en ritmos regulares y por lo general desaparece solo, el hipo puede persistir y volverse crónico. El término médico para este fenómeno es singultus, derivado del latín, que hace referencia al acto de recuperar el aliento entre sollozos. Entre los remedios populares están el agua fría, contener la respiración o el susto, pero no hay pruebas concluyentes sobre su efectividad; sin embargo, una pajita llamada HiccAway ha mostrado resultados prometedores.

El hipo crónico —cuando dura más de 48 horas o incluso más de un mes— puede generar agotamiento, pérdida de peso y ser señal de afecciones más graves. Algunas posibles causas incluyen trastornos neurológicos, reflujo, cirugías, ACV o cáncer. Por eso, en casos persistentes, es crucial acudir al médico: estudios han encontrado que el 80% de quienes sufren hipo crónico presentan anomalías digestivas, muchas de ellas tratables.