Indiana Rosich y Gabriela Agüero bucean en textos y sonidos poco difundidas y desafiantes de las normas sociales para rescatar temáticas que unifican bajo el título “La fruta oscura”, cuya tercera edición tendrá lugar esta noche a las 20 en la Casa de la Cultura Catalina Albarracín Suárez de Tafí Viejo (avenida Alem 753).

Ambas impulsan Tinta a Tempo, el ciclo de literatura y música que reúne autores de ambos lenguajes artísticos que abordan la visibilidad de las disidencias, la fuerza transformadora de la mujer, la identidad y resistencia de los pueblos y el erotismo, entre otros aspectos.

La presencia de escritoras tucumanas es una constante en cada encuentro; para esta ocasión fueron seleccionados textos de Alba Vera Figueroa, Belén Aguirre, Adriana Lucero y Melina Moisé, junto a la propia Agüero. “Es que, ante todo, queremos privilegiar la obra enorme que tienen nuestras autoras, más allá de incluir autores de otras latitudes cuya literatura se enmarcan en la dimensión gótica, de terror, suspenso, o fantasía oscura. Hemos incorporado escritores que conocimos a través de sus recomendaciones, como el peruano Onías Cuellar Calderón”, anticipa Rosich. También aparecerán Triunfo Arciniegas, Ana María Shua, María Francisca Barbero Las Heras, Silvina Ocampo, Alberto Laiseca y Marosa di Giorgio.

“En relación a los compositores, pertenecen al mundo musical académico como Bach, Satie, Chopin y Bártok, cuyas obras han sido utilizadas en el cine de terror, thriller y suspenso para sostener la narrativa, crear atmósferas y reafirmar la carga emocional de los filmes. De alguna forma, le debemos al cine esta simbiosis de diversos lenguajes artísticos en comunión con un eje temático. De esta manera, tomamos estas herramientas para crear otros mundos, otras realidades lejanas no tan lejanas, a través de la fotografía, la narración y un piano”, agregan las responsables del ciclo.

- ¿Qué expresan de diferente lo que les interesa compartir?

- (Indiana Rosich - IR) Desde lo literario es un género que tiene siglos de antigüedad, y que últimamente se está revalorizando. La ganadora del Fondo Nacional de las Artes en 2020 fue la tucumana Aguirre con su poemario de terror “Siamesas”; la novela “Cometierra”, de Dolores Reyes, estuvo en medio de fuerte debate, y Moisé se ha dedicado a la literatura vampiresca, por ejemplo. El terror no se trata solo de monstruos, es parte de la vida humana, es un ojo para observar la realidad que nos rodea y analizarla, tiene una gran carga existencialista con ese miedo que nos acompaña desde que nacemos, a lo desconocido, a la muerte, al dolor... Los escritores han tenido la necesidad o la curiosidad de abordar dichas temáticas, crear sus propios monstruos, mundos fantasiosos, y mezclarlos con la realidad palpitante que siempre supera la ficción. Es una posición filosófica de comprender la mente humana, por qué sufrimos.

- (Gabriela Agüero - GA) El consuelo es escuchar música que acompañe y empodere ese estado, nos hace del sufrimiento o la desgracia algo más amable o más digno de sentir; por eso es que los textos narrados se tornan más materiales gracias al sustento que produce la música.

- ¿Cómo se desarrollará la propuesta escénica?

- (GA) Buscamos conjugar en el escenario esta oscuridad de la que hablamos en la música y en la literatura, que se acompañen, que combinen y representen la propuesta estética gótica que juega con lo simbólico, donde el color negro representa la melancolía, el misterio, la muerte y la rebeldía. También habrá elementos que han aportado a la creación metafórica de este universo, como las velas, las flores, las luces tenues y el color rojo.

- ¿De qué forma circula ese material oculto?

- (IR) El cuerpo es el vehículo que permite sacar a luz estos textos y melodías, canalizar el arte y llegar al otro/a tras el trabajo de investigación que realizamos en conjunto. Es un mundo maravilloso por su creatividad, su diversidad estética, su simbolismo y su forma de describir la humanidad.