La dinámica de los precios ingresó en un terreno de estabilidad, aunque la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) entre los argentinos no tiene el mismo impacto entre los distintos estratos sociales. La nominalidad irrumpió en mayo con un deslumbrante 1,5%, ampliamente por debajo del consenso de las consultoras (2%) y lejos del 2,8% que se estimaba hace un mes. Hay que retrotraernos a inicios de la pandemia para encontrar un registro similar, e incluso a noviembre de 2017 en un contexto normal, indica GMA Capital.
La variación de precios interanual cayó así a 43,5%, acumulando apenas 13,3% en los primeros cinco meses del año. De mantenerse esta dinámica, la Argentina cerraría 2025 con una inflación anual por debajo del 30% luego de siete años. Pero, ¿por qué hay que seguir de cerca la evolución de los precios? La inflación ha dejado de estar en la cima de las preocupaciones de los argentinos. En la actualidad, los principales problemas para la sociedad son Inseguridad (36%), Bajos Salarios (32%), Corrupción (29%) y Desempleo (27%), de acuerdo con la última Encuesta de Satisfacción Política y Opinión Pública (en respuestas múltiples), elaborada por la Universidad de San Andrés.
La percepción de la situación global y personal comparada con un año atrás (retrospectiva), indican que para un 44% la situación empeoró y para un 35% la situación mejoró. Esto se ve enfatizado con la situación personal, que para un 45% empeoró, y sólo un 17% indica que su situación personal mejoró. En este sentido, hay una percepción colectiva relativamente positiva, que coexiste con una percepción personal negativa, señala el estudio dirigido por el Doctor en Ciencias Sociales con especialización en Ciencia Política, Diego Reynoso. Prospectivamente (como cree que la situación estará dentro de un año), un 41% cree que el país estará mejor y un 36% cree que personalmente estará mejor. Por el otro lado, un 33% considera que la situación del país empeorará y un 27% considera que personalmente estará peor.
A casi un año y medio del inicio del gobierno del presidente Javier Milei, la inflación mensual pasó de un duro 25,5% al actual 1,5%. Lo destacable es que este resultado llega apenas dos meses después de la flexibilización del cepo cambiario (que suele generar secuelas), algo que habla de que las expectativas inflacionarias permanecen ancladas, advierte el economista Nery Persichini. ¿Será sostenible este proceso de desinflación al igual que otras experiencias?
Minimalismo financiero: una tendencia que busca cambiar el consumo en un entorno de inflación“Más allá del imponente 1,5%, el verdadero cambio es cualitativo. Y es que hoy en día la inflación dejó de ser una amenaza diaria. En diciembre de 2023, bastaban tres meses para duplicar los precios de la canasta básica. Hoy, harían falta 46. El dato habla por sí solo: ya no hay necesidad de “correr al supermercado” a principio de mes. La estabilidad empieza a sentirse en la rutina y puede significar un gran éxito para el Gobierno de cara a las elecciones”, acota el analista.
Esta desaceleración es incluso más palpable en los bienes, los que el consumidor percibe más en el día a día. En mayo, Alimentos y Prendas de Vestir casi ni se movieron (0,1% y 0,2%), aun con el tipo de cambio elevándose 2,3%, superior a los momentos donde había un crawling-peg que anclaba los precios.
La inflación oficial de mayo fue la más baja desde 2017La salida del cepo y la baja de aranceles a numerosas importaciones fueron claves para romper esta inercia. Pero incluso este resultado tuvo un mayor impacto del esperado: la Canasta Básica Alimentaria cayó un 0,4% en mayo. Es decir, los bienes esenciales no sólo no se vieron incrementados, sino que retrotrajeron aumentos del mes anterior.
La canasta de la clase media no tuvo la misma suerte, porque los servicios, con mayor ponderación “atrasados” frente al nivel general de precios, continúan subiendo por encima de la inflación, explica el reporte de GMA. Para recomponer los precios relativos, los Regulados aún deben aumentar 21 puntos porcentuales más que el IPC general. Esa corrección ya empezó hace rato y se profundizará: el Gobierno anunció subas mensuales en electricidad y gas (2,6%) y ajustes bimestrales en transportes por encima del ritmo del nivel de precios. Allí está el impacto diferenciado, con mayor fuerza en la clase media y en los jubilados ¿Cómo continúa la dinámica de precios en el próximo año? Sin dudas, reina el optimismo, dado que para los meses venideros los consultores de la city esperan que las cifras se sostengan debajo de un 2% mensual. Los valores reflejados en el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central indican que la inflación podría oscilar alrededor de un 1,7% durante el segundo semestre del año.
Más aún, los inversores continúan siendo más optimistas. Es que la inflación breakeven (o de equilibrio) se ubica en 1,4% promedio hasta octubre y 1,2% desde ese momento hasta mayo 2026. Estas cifras anualizadas son inferiores al 17%. Así, el fenómeno que ya se veía en las últimas semanas se profundizó tras el dato de mayo: el mercado apuesta a la tasa fija de cara al proceso electoral.
Bancarios acuerdan aumento salarial en línea con la inflación y el básico supera $1.850.000¿A qué deberíamos estar atento en los próximos meses? Con respecto a la dinámica de precios, varios frentes merecen atención, advierte GMA Capital. Los ya mencionados ajustes de regulados jugarán su rol, al mismo tiempo que lo hará el tipo de cambio dentro de su nuevo régimen flexible. Las tasas de interés se ajustarán al ritmo que imponga la liquidez del sistema, y quedará por verse si la política monetaria adopta efectivamente el sesgo contractivo anunciado al inicio de la Fase 3. En el plano internacional, tanto los conflictos geopolíticos como las tensiones comerciales seguirán marcando el pulso de los commodities y, con ello, su transmisión a precios locales.
Una tendencia: el seguimiento de los precios regulados
El dato de mayo refuerza la señal de que el proceso de desinflación sigue firme, indica Damián Vlassich, Team Leader de Estrategias de Inversión de InvertirOnline. No obstante, advierte que hay que seguir monitoreando de cerca los indicadores de precios núcleo y la evolución de servicios (y salarios), que crecieron por encima del promedio y podrían anticipar cierta resistencia en la desaceleración hacia adelante. Adicionalmente, durante los próximos meses se espera que el impacto de los estacionales no sea tan favorable como durante mayo.
Consumo: caída en las ventas del Día del Padre
El Día del Padre dejó un sabor amargo para el comercio. Las ventas registraron una caída interanual de entre un 2% y un 3% en unidades, según datos preliminares informados por Vicente Lourenzo, vocero de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). “Fue un Día del Padre frío, no sólo por la temperatura, sino también porque la gente cuidó muchísimo el bolsillo”, aseguró. El ticket promedio osciló entre los $ 40.000 y $ 50.000, un monto bajo en relación con los precios actuales. “Se notó mucho que los consumidores priorizaron regalos de menor costo. En lugar de tres obsequios, optaron por uno solo”, explicó, destacando además que la rentabilidad también fue menor, debido a las promociones y descuentos aplicados para incentivar la demanda. Señaló que, pese a tratarse de una de las fechas claves, el movimiento no alcanzó para compensar los compromisos del mes. “Estamos muy preocupados. Junio es un mes exigente: hay que pagar sueldos, aguinaldo, alquileres e impuestos, y este tipo de jornadas solían ayudar a equilibrar las cuentas. Esta vez, no fue así”, indicó.
La carga tributaria: ¿cuánto tiempo necesita un trabajador para cubrir las obligaciones impositivas del año?
Según los resultados obtenidos para este 2025, un trabajador asalariado formal argentino debería trabajar entre 173 y 182 días para cumplir con las obligaciones tributarias de los tres niveles de gobierno, dependiendo de su nivel de ingresos, es decir entre el 22 de junio y el 1° de julio. Así lo destaca un informe elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf). Se trata del “Tax Freedom Day” o “Día de la Liberación de Impuestos”, un indicador de presión fiscal, que consiste en considerar los impuestos recaudados por un país durante un año y dividir este monto por el ingreso o producto bruto de ese país. El diagnóstico del instituto revela, además, que los tres niveles de Estado (Nación, provincias y municipios) representan una carga tributaria formal de entre 47,3% y 49,9%. Expresado en tiempo, implica que los trabajadores deben destinar entre casi 30 minutos de cada hora para cubrir los impuestos. Lo más significativo sobre la estructura tributaria es el peso de los impuestos sobre el trabajo. A menor cantidad de ingresos se paga proporcionalmente mayor porcentaje de aportes laborales (en una relación laboral de dependencia, las empresas lo descuentan a los empleados del sueldo bruto), que a su vez tienen un tope.
De acuerdo con el estudio formulado por el Iaraf, la vía para lograr progresividad en la carta tributaria que se aplica a las familias argentinas es eliminar impuestos indirectos, como el que grava los créditos y débitos bancarios, impuestos internos, a los combustibles, Ingresos Brutos y tasas municipales sobre el consumo.