En un fuerte llamado a la comunidad internacional y a los actores de conflictos, el Papa León XIV utilizó su tradicional rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro para abogar por el diálogo inclusivo y la protección de civiles en diversas regiones del mundo. Ante miles de fieles congregados bajo el sol estival, el Pontífice instó a construir la paz a través de valores como el respeto y la fraternidad, haciendo hincapié en la importancia del deporte como una "escuela" para estos principios.

El líder de la Iglesia católica realizó estas declaraciones en medio de distintos conflictos, en particular por los ataques entre Israel e Irán.

El Papa comenzó recordando los múltiples conflictos armados que asolan el planeta, con un enfoque particular en Myanmar. A pesar de los ceses al fuego, los combates persisten y afectan infraestructuras civiles. León XIV hizo un "llamamiento a todas las partes para que emprendan el camino del diálogo inclusivo, el único que puede conducir a una solución pacífica y estable".

El Pontífice expresó su profundo pesar por la "terrible masacre" ocurrida en la noche del 13 al 14 de junio en la localidad de Yelwata, estado de Benue, Nigeria, donde unas 200 personas fueron asesinadas "con extrema crueldad". La mayoría de las víctimas eran desplazados internos acogidos por la misión católica local. "Rezo para que la seguridad, la justicia y la paz prevalezcan en Nigeria, un país amado y tan afectado por diversas formas de violencia", manifestó el Papa, extendiendo sus oraciones a las comunidades cristianas rurales de Benue, "incesantemente víctimas de la violencia".

León XIV también dirigió su pensamiento a la República de Sudán, "devastada por la violencia desde hace más de dos años". Recordó la trágica muerte del Padre Luke Jumu, párroco de El Fasher, víctima de un bombardeo. "Al tiempo que aseguro mis oraciones por él y por todas las víctimas, renuevo mi llamamiento a los combatientes para que se detengan, protejan a los civiles y entablen un diálogo por la paz", afirmó León XIV. 

Además, urgió a la comunidad internacional a "intensificar sus esfuerzos para proporcionar al menos la asistencia esencial a la población, gravemente afectada por la grave crisis humanitaria".

En un mensaje que combinó la preocupación por los conflictos con un llamado a la esperanza, el Papa León XIV concluyó recordando la beatificación de Floribert Bwana Chui, joven mártir congoleño, programada para la tarde en la basílica de San Pablo Extramuros. Floribert, asesinado a los veintiséis años por oponerse a la injusticia y defender a los pequeños y pobres, es un "testimonio que dará valor y esperanza a los jóvenes de la República Democrática del Congo y de toda África", consignó el sitio Vaticannews.

 Finalmente, el Pontífice extendió una invitación a los jóvenes: "¡Los espero dentro de mes y medio en el Jubileo de los jóvenes!". Concluyó su discurso implorando la intercesión de la Virgen María, Reina de la Paz.