En apenas tres días se trastocó la situación de la Municipalidad de Juan Bautista Alberdi, que entró en una conmoción a raíz del audio que involucraba al intendente en presuntas irregularidades, y que terminó intervenido por el Gobierno provincial e investigado por las justicias local y federal. El escándalo es tan resonante que no sólo sacudió a la comunidad sino que puso bajo la lupa todo el manejo institucional de la ciudad del sur tucumano.
El audio, difundido el jueves, pareció ser la punta del iceberg de problemas más profundos, que son los que finalmente detonaron la decisión de la intervención y no así la grabación clandestina que se difundió por redes sociales y cuya existencia el mismo intendente reconoció, aunque haciendo saber que se trataba de un registro realizado sin su conocimiento hace un año. Pero los problemas, a los que hizo mención el Gobernador al explicar la intervención se vinculan con “mafias enquistadas en la ciudad de Juan Bautista Alberdi” y con la sospecha de que hubiera funcionarios involucrados en tráfico de drogas. “Yo digo que con esta cuestión de narcomenudeo la Provincia va a ir hasta el fondo. Acá se acabó la impunidad... nadie tiene coronita. Lo estamos demostrando”, dijo el mandatario, que habló del Operativo Lapacho y de la lucha contra la venta de estupefacientes en la conferencia para anunciar la intervención del municipio y del Concejo Deliberante de Alberdi.
El ex intendente está siendo investigado por presunto incumplimiento de los deberes de funcionario público y también por presunto vínculo con el tráfico de droga, además de que la Justicia Federal investiga el uso de fondos públicos que denunció la Procelac y de que la Justicia local averigua la supuesta coacción agravada de parte del otro interlocutor del audio contra el ex jefe municipal.
En el escándalo se actualizaron denuncias que se habían hecho anteriormente y cuyas pesquisas estaban apagadas en la Justicia. Y al mismo tiempo cobraron actualidad problemas de la comunidad que se arrastran desde hace tiempo, como el de los desbordes cloacales que vienen generando severos inconvenientes en varios sectores y especialmente en el microcentro, así como obras cruciales que han quedado paralizadas, como el acceso a Alberdi. En medio de esto, surgieron denuncias por la adjudicación de obras y la falta de información con respecto a lo que ha sucedido con los trabajos. Todo esto en un municipio manejado por una familia desde hace dos décadas y que, por estar suscripto al Pacto Social, recibe el aporte del Gobierno provincial para pagar los sueldos.
El Gobernador dijo que había esperado que se resolviera el problema en Alberdi pero que, ante el escándalo, definió la intervención. Todo esto muestra la fragilidad de las instituciones, incapaces, al menos en este caso, de hacer adecuados controles de su administración, y también da a entender que pueden ser presa fácil de manejos irregulares o de flagelos como el de la droga. Es un llamado de alerta para toda la sociedad, no sólo para Alberdi.