La startup Builder.ai acaba de declararse en bancarrota. Es que lo que se creía que era una mega empresa de inteligencia artificial, en realidad era una frase: 700 ingenieros trabajaban detrás de un chatbot aparentemente automatizado, aprontando las respuestas a cada uno de los planteos que hacían sus usuarios.

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“Crear una aplicación es tan fácil como pedir una pizza” era el lema con el que se presentaba la startup británica con oficinas en la India y que ya había logrado atraer a otras empresas referentes de sus rubros. El periódico The Telegraph indicó que Builder.ai se transformó rápidamente en una promesa entre las corporaciones inglesas.

Cómo cayó el engaño de Builder AI

En medio de la oleada que representó la llegada de la inteligencia artificial, miles de empresas quisieron incorporar la nueva tecnología a sus herramientas. Por eso Builder.ai constituyó una opción tentativa para referentes de diferentes rubros. En su avance, incluso llegó a atraer inversores como Microsoft.

Pero en mayo la máscara cayó y la empresa se declaró en bancarrota. No solo no cerraban los números en sus cuentas patrimoniales, sino que saltó a la luz la más sorprendente de las noticias. “Natasha”, la asistente virtual que suponía tener Builder.ai, no era más que una fachada con forma de chatbot, porque detrás de ella se encontraban 700 empleados haciendo el trabajo a la vieja usanza.

El antecedente de denuncia contra Builder.ai data, cuanto menos, de 2019. Ese año The Wall Street Journal publicó un informe revelando que la startup trabajaba con tareas manuales antes que con algoritmos. Los trabajadores de la tecnológica alegaron que mediante su forma de trabajar lograban un mejor resultado con menos inexactitudes.

El año pasado una firma a la que Builder.ai había hecho un préstamo realizó un embargo luego de reconocer irregularidades financieras. En consecuencia, se congelaron los fondos de la tecnológica para hacer una investigación. La empresa fue acusada de haber declarado falsamente su patrimonio por un valor tres veces superior al real.

Daniel Stilerman, especialista en inteligencia artificial, sentenció que desde la empresa hubo un intento deliberado de mentir. “Hicieron algo llamado facturación circular, donde le pedís a una compañía que te facture cosas. Vos le facturás cosas a ellos de manera que si no auditás, no te das cuenta y creés que facturan más de lo que facturan de verdad”.