La noche santiagueña será inolvidable para los hinchas de Platense, pero también quedará marcada a fuego en el corazón de Sergio Gómez, uno de los entrenadores del equipo campeón. Cuando el árbitro marcó el final y la historia se escribió con tinta marrón y blanca, el "Negro" no pudo contener la emoción: se arrodilló en el césped del estadio y se tiró al piso, con la mirada hacia el cielo, rompió en llanto. “Para vos, vieja”, gritó, entre lágrimas. Fue un instante breve, íntimo, pero desgarrador.
Esa frase, dicha en soledad en medio de la euforia colectiva, resonó más fuerte que cualquier festejo. Gómez perdió a su madre tiempo atrás, y desde entonces carga con ese dolor silencioso que a veces se hace presente en los momentos más importantes. Esta vez, el campeonato con Platense -el primero del club en la máxima categoría- fue también un homenaje personal.
Junto a Favio Orsi, con quien forma una dupla consolidada hace más de una década, Gómez ha recorrido el país en busca de oportunidades. Supieron dejar su huella en San Martín y Atlético Tucumán, ganándose el respeto del fútbol del norte. En cada club al que fueron, apostaron por el trabajo, la humildad y la construcción colectiva. En Vicente López encontraron un grupo de jugadores que les creyó.
“Nos costó mucho llegar hasta acá”, dijo más tarde, cuando pudo hablar. Pero su frase más potente ya había sido dicha en el silencio del alma, cuando el cielo se convirtió en el mejor destinatario para una victoria eterna.