¿Quién no sueña con ver su jardín o balcón siempre lleno de color, con plantas radiantes y flores vibrantes en cualquier estación? Lograrlo a veces parece un desafío, pero resulta que la sabiduría ancestral de la jardinería japonesa tiene un método que puede hacer este sueño realidad. Es una práctica que va más allá de simplemente regar y abonar ya que es casi una filosofía.

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Según un artículo publicado en The Huffpost, que se basa en explicaciones de StudNews, en Japón la jardinería es vista como una forma de meditación. La clave, antes de hacer cualquier cosa, es la observación. "En Japón, la jardinería es sin duda una actividad muy practicada y se considera una forma de meditación; de hecho, antes incluso de intervenir con el riego, la fertilización o incluso la poda, uno va a observar la planta", explican los expertos en el método. Esta observación consciente nos permite detectar las señales tempranas de cómo se siente la planta, si está estresada o si le falta algo antes de que sea demasiado tarde.

La importancia de la moderación y el truco del palito

Una vez que observaste y entendiste a tu planta, el siguiente paso crucial según esta técnica es la moderación, especialmente con el riego. No se trata de regar por rutina, sino solo cuando la planta realmente lo necesita, y siempre prestando atención. No todas las plantas, ni siquiera en el mismo espacio, tienen las mismas necesidades de agua al mismo tiempo o en la misma cantidad.

Para ayudarte con esto, el método japonés tiene un truco simple pero efectivo: usar un palito. La técnica consiste en clavar este material en la tierra de la maceta o el cantero y luego retirarlo. Si al sacarlo el palito está seco, ese es el momento justo para regar!Si aún tiene tierra húmeda adherida, significa que todavía no es necesario. Es una forma infalible de evitar tanto la falta de agua como el exceso, que suele ser fatal para las raíces.

Fertilización natural y constante

Otro pilar de esta práctica es la fertilización. Los jardineros japoneses prefieren que sea "ligera pero constante". Esto significa no sobrecargar la planta con grandes cantidades de químicos de golpe, sino darle pequeñas dosis de forma regular. Y aquí viene otro punto importante: la preferencia por los fertilizantes naturales.

Materiales que quizás ya tienes en casa o puedes conseguir fácilmente se convierten en el alimento perfecto para tus plantas. Los expertos sugieren opciones como el compost, el bokashi (una mezcla fermentada de materiales orgánicos) o incluso los posos de té y café. Estos abonos naturales nutren la tierra de forma suave y sostenida, fomentando un crecimiento saludable y muchas más flores.