El soft power (poder blando) es una poderosa herramienta de la diplomacia Imperialista, que consiste en influir en las preferencias de la población del país invadido y colonizado, a través de medios culturales, ideológicos, diplomáticos y de imagen pública. Inglaterra y la Embajada de EEUU son el poder blando, contando con personeros como Macri, Bullrich, Milei y medios hegemónicos que -cual gota horadando cabezas- insisten con regalar las carísimas Islas Malvinas. El por entonces presidente Mauricio Macri eliminó los aranceles a las netbooks importadas, bajo el argumento de que las fabricadas en la Argentina eran caras. Resultado: dejamos de fabricarlas y, al poco tiempo, las importadas costaban lo mismo que lo que costaban las nacionales. El presidente Milei repite el verso, pero ahora con el argumento de los celulares, cuando está demostrado que el costo no está en la producción, sino en la eterna e insufrible cadena de comercialización e intermediarios. Pero nadie habla de Geopolítica, aunque las señales son vergonzosas y evidentes: salida de la Argentina del Grupo de los Brics; EEUU le exige a la Argentina salir del swap chino y permite que el FMI vuelva a encadenar el presente y el futuro del pueblo argentino por varias generaciones endeudadas; Milei elimina el subsidio al gas domiciliario para zonas frías y comunica a su ignorante audiencia que la industria de Tierra de Fuego es solo de montaje y armado, cuando su tecnología y calidad compite con las mejores fábricas del mundo. Esta provincia que defiende los intereses de la patria contra la geopolítica imperialista de Inglaterra y EEUU le cuesta mil millones de dólares al presupuesto nacional (0,18% del PBI), mientras que los evasores (aquellos a los que Milei llamó héroes), le cuestan al Estado Nacional el equivalente al 4,4% del PBI. En consecuencia, debe quedar en claro que el objetivo de estos gobiernos no es ayudar al bolsillo de los argentinos, sino el de limpiar de obstáculos la ruta del dominio absoluto del imperialismo sobre las rutas antárticas, sobre los recursos naturales y sobre su lucha geopolítica con los Brics, ante su evidente decadencia y caída. Quiere el gobierno de Milei, Caputo, Bullrich, Adorni, Francos y Sturzenegger fundir y vaciar Tierra del Fuego (último bastión de patriotas de diferentes provincias del país que alguna vez decidieron sacrificarse en busca de un sueño y que diariamente defienden la Argentina austral), al precio de un millar de iPhones.

Javier Ernesto Guardia Bosñak  

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