Gracias al convenio con Atlético, LA GACETA lanzó un concurso para elegir el mejor tatuaje del “Decano”. 30 hinchas del club de 25 de Mayo y Chile participaron, pero sólo uno fue elegido ganador y se llevó dos grandes premios: una camiseta de Atlético y un semestre de cancha. El nombre del afortunado es Ezequiel Barrionuevo.
Con 36 años, Barrionuevo lleva a Atlético en distintas partes de su cuerpo. El tatuaje que lo llevó a ganar es el último que se hizo: uno que forma las siglas “CAT” con redoblantes pintados de celeste y blanco, y que alrededor tiene banderas del club. Debajo, una frase: “Ladrón de mi Cerebro”, que es una canción de Los Redonditos de Ricota.
“Quería hacerme un tatuaje grande, y tengo un amigo que hace tatuajes. Le pedí que hagamos uno grande, con los bombos nuevos, y salió eso combinado con una frase de Los Redondos, que me gustan. Imposible no llevar la hinchada de Atlético en la piel”, explicó Barrionuevo a LA GACETA.
Los 30 participantes mandaron fotos de sus tatuajes, y las imágenes fueron evaluadas por un jurado especializado, conformado por Guadalupe Rearte (artista visual, Licenciada en Artes, docente y gestora cultural), Leandro José López (Licenciado en Diseño Gráfico y Diseñador de Interiores) y Sebastián Rosso (Licenciado en Arte). Tras analizar todos los tatuajes, se inclinaron por el de Barrionuevo.
Pero este no es el único tatuaje que Ezequiel tiene del “Decano”. En su pecho y en su hombro derecho, tiene estampado el escudo del club de sus amores. El primero de ellos, el del hombro, se lo hizo cuando era un adolescente, a escondidas de sus padres. “Si te dijera lo que renegó mi vieja…”, recordó, entre risas.
¿Por qué las ganas de seguir sumando tatuajes alusivos al club? “Es una manera de vivir. Atlético es algo que nos hace felices, toda mi familia es muy fanática. Recorrí casi todo el país por Atlético, me tocó ir a Uruguay también. Se hace lo que se puede, pero en el momento que más lo necesitaba Atlético pude estar”, explicó Barrionuevo.
Tras ir casi toda su vida a la popular de calle Chile -”aprecio mucho esa tribuna por lo que se vive”-, Barrionuevo cambió de locación, y en el último tiempo se volcó a la platea. ¿La razón? Va con sus hijas, de 17 y siete años. “Les dije que cuando quieran hacer lo mismo que yo -tatuajes de Atlético-, las autorizaba”, lanzó entre risas.
Socio de Atlético, Barrionuevo tendrá ahora la posibilidad de ahorrarse un semestre de cancha, y podrá acceder al Monumental José Fierro, con camiseta nueva, para alentar al club de sus amores.