El Gran Premio de Emilia-Romaña marcará una fecha especial en el calendario 2025 de la Fórmula 1, especialmente para Andrea Kimi Antonelli. El piloto, oriundo de Bologna, vivirá su primera carrera en la máxima categoría en un trazado que le resulta cercano tanto geográfica como emocionalmente: el circuito Enzo y Dino Ferrari de Imola. Con solo 18 años, Antonelli combina su incipiente carrera profesional con sus estudios, construyendo una historia que trasciende lo deportivo.

En plena preparación para su debut, Antonelli enfrenta el desafío de equilibrar su rutina de piloto con la exigencia académica del Instituto Técnico Salvemini di Casalecchio di Reno. “No puedo asistir a la escuela, pero estoy tratando de estudiar todo lo que puedo en los ratos libres”, explicó. Impulsado por el deseo de cumplir con los estudios a pedido de su madre, el joven se esfuerza por no descuidar su formación.

Como parte de un gesto que revela su costado humano, Antonelli gestionó una visita exclusiva para sus 25 compañeros de clase y dos docentes al paddock de Mercedes. “Esto es bueno para que vean con sus ojos este mundo que están acostumbrados a ver por TV, pero no saben qué pasa detrás”, señaló. La iniciativa fue bien recibida por el equipo y significó una oportunidad única para sus allegados, acercándolos a una experiencia que pocos pueden vivir de cerca.

Más allá del simbolismo, competir en Imola representa mucho más que una carrera para Antonelli. “Es mi propia carrera de casa. Creo que es desafiante, de la vieja escuela... Ojalá haya más banderas de Antonelli que de Ferrari”, dijo con entusiasmo. El joven se prepara para mostrarse ante una multitud que lo apoya fervorosamente, en un circuito que evoca el romanticismo del automovilismo clásico.

Con los pies en la tierra, Antonelli prefiere mantener la mesura. La reciente experiencia en Miami, donde una buena clasificación no se tradujo en un buen resultado en carrera, lo mantiene cauto. “¿Si mi papá sueña con un podio mío acá? Habría que preguntarle qué opina. No hablamos de eso porque somos una familia supersticiosa”, admitió entre risas. Aun así, su deseo por destacarse ante su gente permanece intacto.

Más allá de las pistas

Durante el fin de semana, Antonelli también se hará un tiempo para alentar a su equipo de fútbol, el Bologna, que recientemente venció al Milan en la Coppa Italia. “Muy contento, fuerza Bologna, siempre”, expresó. Entre el rugido de los motores y el eco de las tribunas, el joven de Bologna intentará dejar una huella tanto en la Fórmula 1 como en los corazones de su gente.