“Cabeza fuerte”. Las dos palabras fueron soltadas casi al pasar por Darío Sand, el capitán de tormenta de este San Martín que en su camino en busca del ascenso en Villa Crespo tropezó con la piedra que menos le convenía.
La necesidad expresada por el arquero quedó vibrando en el aire del gimnasio ubicado debajo del estadio Don León Kolbowski, donde minutos antes el equipo tucumano se acababa de despedir no solo de su invicto, sino también del primer lugar de la tabla.
Su verdugo Atlanta lo igualó en puntos y en diferencia de goles, y además lo superó en tantos a favor, postergándolo “técnicamente” a la segunda posición de la zona A de la Primera Nacional.
“Sabíamos que en algún momento podíamos perder, el tema es la forma y demás… Hay que seguir fuertes porque estamos ahí, haciendo un gran campeonato y tenemos que luchar hasta el final”, argumentó Sand antes de pronunciar las dos palabras que abren esta nota y que claramente no fueron elegidas al azar.
Es que el arquero sabe que su equipo debe recuperarse rápidamente de los efectos de una derrota que como él mismo reconoció implica un “golpe duro”, al que aludió veladamente al decir que “el tema es la forma y demás”.
Porque San Martín volvió a fallar no en una final, pero sí en un partido con aroma a final adelantada entre los dos equipos más competitivos de la zona y en el que estaba en disputa, mano a mano, la cima de la tabla.
Inevitablemente, concretado el 3-1 del “Bohemio” en la siesta del domingo, el mundo “santo” se preguntó si este equipo, tras el traumático cierre de la temporada pasada, logrará decir “presente” cuando este año llegue la hora de la verdad de la final o el reducido por el ascenso.
Probablemente, mucho dependerá del diagnóstico que el cuerpo técnico realice de esta excursión fallida a Villa Crespo y del “tratamiento” a afrontar ante situaciones similares. Ante una consulta de LA_GACETA, Martos respondió: “En caliente es muy difícil, hay que ver de nuevo el partido. Seguramente vamos a tener (un aprendizaje)”.
Tal vez, en el aspecto táctico-estratégico se pueda sacar alguna conclusión. Por caso, Atlanta pareció entender mejor el contexto en que se dio el partido.
Después de sumar solo uno de los últimos seis puntos y de perder consecuentemente la punta, el “Bohemio” comprendió que estaba ante una oportunidad dorada para revertir rápidamente la tendencia.
Por ello, su técnico Luis García modificó el sistema, colocó un doble “9” (Marcos Echeverría y Jonathan Bauman), con dos extremos por afuera (Lucas Ambroggio y Lautaro Fedele), para posibilitar un juego más directo, con menos transiciones. Y con mejores chances de explotar las pelotas paradas, algo que finalmente sucedió.
En contraposición, San Martín tenía dos resultados positivos por delante. Porque el empate también le servía, y mucho. Mantener a su perseguidor a distancia (de tres puntos), después de visitarlo en su casa, no era para nada despreciable.
Sin embargo, el equipo tucumano salió a buscar el partido como si estuviera urgido por ganar y así, después de un primer cuarto de hora favorable, ofreció grietas importantes en el retroceso y la contención.
Martos, lejos de cambiar de cara al compromiso, apostó por los mismos once que no habían tenido un buen primer tiempo ante Colegiales la fecha anterior, más allá de que en el complemento, y con la sola inclusión de Jesús Soraire en el entretiempo, el equipo mejoró y torció la historia a su favor.
Qué hubiera pasado si San Martín salía a jugar ante Atlanta con un esquema algo más cauteloso, por caso, con un volante más y un delantero menos. O incluso con tres centrales.
Quizá pararse unos metros más atrás, presentar un equipo más corto y compacto, poniendo el acento en impedir que el rival llegase cómodo a inmediaciones de Sand hubiera potenciado las chances de llevarse algo de Villa Crespo.
Se trata de interrogantes contrafácticos, imposibles de responder, aunque posibles de ponderar de cara al futuro. En todo caso, las finales (o casi finales) no se pueden jugar como si se tratara de un partido más.
Esto también vale para lo emocional. No es que San Martín no haya mostrado virtudes -futbolísticas y de las otras- al costado del Movistar Arena, pero Atlanta pareció un paso por delante en estas mismas cuestiones.
Algo de ello reveló Federico Bisanz, el autor de ese increíble gol de más allá de la mitad de cancha -tras el desgraciado “blooper” de Gustavo Abregú- que sentenció la contienda justo cuando San Martín había logrado volver a meterse en partido. “Sabíamos que teníamos revancha ante el puntero, que era una final anticipada y que si le ganábamos por más de un gol le sacábamos la punta”, aseveró.
Tan mentalizado estuvo el equipo de García, que Bisanz reconoció que en el entretiempo el entrenador insistió a sus jugadores en que salieran a buscar el segundo gol en lugar de especular con el triunfo parcial por 1-0, para efectivamente quedar por encima de San Martín en las posiciones.
Levantar cabeza rápido, el pedido de Sand tras la derrota de San Martín
Antes de subirse al micro, Sand se refirió al futuro inmediato. “Tenemos que ver el partido, analizarlo y sacar conclusiones en frío. Pero rápido, porque el fin de semana tenemos otro partido y tenemos que ganarlo”.
Ahora será el turno de Racing de Córdoba, el sábado en La Ciudadela. Quedan muchos kilómetros por recorrer y el crédito sigue abierto, más allá de que hayan aparecido algunos “yellow flags” en el camino que convendría no desatender.