El Gobernador ha puesto en debate una situación que se anticipa crítica con respecto al mantenimiento de las rutas nacionales y anunció que no será posible la transferencia de esas carreteras a la provincia, por la que pasan 600 kilómetros de caminos federales. “La Nación evidentemente tiene decisiones tomadas y hay una propuesta firme de desarticular reparticiones, en concreto, desarmar a Vialidad de la Nación, lo que va a impactar directamente en el mantenimiento de las rutas nacionales”, explicó dijo el primer mandatario.
Según se informó en el sitio del Gobierno provincial, Osvaldo Jaldo indicó que el Gobierno Nacional propuso a los gobernadores la transferencia del mantenimiento las rutas nacionales y, en ese contexto, “hay provincias que están aceptando”. Sin embargo, dijo que “Tucumán no va a aceptar, porque primero tenemos que mantener nuestras rutas provinciales y recuperar las secundarias y terciarias, que son de ripio, y hay que hacerles mantenimiento permanentemente”. Añadió que con recursos provinciales se hará el mantenimiento de las rutas locales y se ayudará en la reparación de las rutas nacionales, aunque no se hará cargo de su totalidad. “Tucumán tiene 600 kilómetros de rutas nacionales y la provincia no las puede recibir. En ese sentido, vamos a acompañar la decisión que tome la Nación, pero la transferencia a la provincia no va a ser posible”.
Se trata de un problema que ya arrastra complicaciones, con sólo nombrar algunos sitios. La autopista de circunvalación en el acceso a San Miguel de Tucumán recibe mantenimiento precario y se trata de una zona de uso intenso, conflictiva tanto para tucumanos como para turistas. La ruta 9 en la comunicación con Santiago del Estero se encuentra en estado crítico y con obras congeladas desde hace dos años; en el sector desde Rosario de la Frontera a Metán se encuentra deformada y obliga a los conductores a circular a menos de 30 Km/h; y la ruta 34 entre Güemes y Perico también se encuentra destruida y es de mucho riesgo. La ruta 157 en el sector desde Bella Vista hasta Santiago del Estero apenas si ha recibido reparaciones en los últimos años; la vieja ruta 38 desde Alberdi hasta Catamarca también exhibe sectores con notorio abandono. También la ruta 40, en los 41 kilómetros que corresponden a Tucumán por los Valles Calchaquíes, acusa deterioro e incluso se diferencia el sector de nuestra provincia con el de Salta, donde Vialidad nacional la ha mantenido en mejores condiciones.
En algunas partes las rutas nacionales han sido concesionadas por peaje y en otras no, lo cual se vincula con el hecho de que no ha habido una política clara de mantenimiento. Si la Nación desarticulara Vialidad y entregara las rutas a las provincias, debería hacerlo con campamentos y presupuesto para personal, equipamiento y mantenimiento de las rutas.
Hay provincias, como Neuquén, que han diseñado un esquema de peaje estatal para la circulación de vehículos de carga con estricto control de pesos. En Tucumán ya aparecieron proyectos similares. Mientras tanto, la situación entra en una zona gris, incierta, en la que puede ocurrir que se agrave el estado de los sectores menores de la red primaria -como se ha visto y denunciado en lugares como Metán (Salta) y Perico (Jujuy)- y que la circulación se vea severamente afectada.