El 2-0 de Atlético Tucumán frente a Independiente fue, en los papeles, una victoria valiosa ante uno de los mejores equipos del semestre. Sin embargo, puertas adentro, el vestuario del "Decano" distó mucho de ser un lugar de celebración. La reciente eliminación matemática del torneo, consumada el lunes tras una floja actuación en Mendoza, todavía cala hondo en el ánimo del plantel. El equipo respondió con actitud, buen juego y eficacia. Aun así, el dolor por quedar fuera de la fase final sigue presente.
Lo que pintaba como una jornada de nerviosismo y críticas terminó en un partido marcado por el contraste: un resultado positivo con una carga emocional difícil de ignorar. El propio entrenador, Lucas Pusineri, fue el primero en marcar el tono de la noche al declarar, tras el encuentro, que “se ganó un solo partido y nada más”, reconociendo que la clasificación ya era una cuenta pendiente imposible de saldar.
Entre los que más sintieron el impacto de la eliminación estuvieron Adrián Sánchez, Miguel Brizuela y Gianluca Ferrari, tres de los cuatro jugadores de campo que habían sido titulares en Mendoza y que, solo 48 horas después, volvieron a estar desde el inicio ante el “Rojo” de Avellaneda. Los tres, visiblemente afectados, enfrentaron a la prensa al finalizar el encuentro y coincidieron en pedir disculpas a los hinchas por no haber cumplido con el objetivo principal.
Adrián Sánchez habló sobre lo que significó esta victoria en un contexto de frustración: “Sí, era un desahogo muy grande. Lo hablábamos en estos días, que teníamos que cambiar el chip, cambiar la cara, más que nada en lo actitudinal, y yo creo que lo hicimos. Por eso nos llevamos este triunfo tan importante”, comenzó diciendo el "5".
El mediocampista destacó el esfuerzo colectivo del grupo, especialmente considerando la seguidilla de partidos en pocos días, que obligó a un reajuste táctico importante por parte del cuerpo técnico. Uno de los puntos más comentados fue la inclusión de cuatro centrales en la línea defensiva, algo poco habitual pero necesario ante el cansancio físico de los laterales habituales. “No sé si fueron cuatro centrales, porque Marcelo Ortiz fue de lateral, y Miguel lo hizo muy bien también. Puede ser que su puesto principal no sea ese, pero hoy en el fútbol todos tienen que estar listos para cumplir en cualquier rol. Lo hicieron muy bien”, valoró el rendimiento de sus compañeros.
Más allá de lo táctico, Sánchez puso el foco en el vínculo con la hinchada, que sigue acompañando pese a los resultados adversos: “Este triunfo es para la gente, que viene en las malas y siempre está. Aunque el 'Deca' no vaya bien, eso se valora mucho, y nosotros les tenemos que devolver un poco más. Estamos en deuda porque, cuando uno no gana y la gente viene igual, eso hay que valorarlo. No en todos los clubes pasa”, finalizó.
Miguel Brizuela, uno de los improvisados laterales por izquierda, también asumió el momento con mesura. El defensor, habitual central, explicó cómo se adaptó a una posición que no le es ajena: “Me sentí bien jugando como lateral izquierdo. Con Pellegrino (en Vélez) ya había jugado mucho en esa posición. El equipo estuvo bien en líneas generales. La verdad es que estamos tristes, porque nos hubiese gustado ganar el lunes para estar entre los ocho mejores, pero lamentablemente no se dio. Este partido sirve para sumar puntos en la tabla general”, deslizó el "33" con un tono de tristeza, ajeno al que debería tener un futbolista que acaba de conseguir un triunfo.
El zaguero fue claro al señalar que, si bien el resultado ante Independiente fue positivo, no alcanza para tapar la desilusión de quedar fuera de la lucha por el campeonato. La prioridad ahora pasa por sumar en la tabla anual y escapar de los puestos comprometidos. Algo similar a lo que manifestó Ferrari, que hizo hincapié en la mentalidad del grupo y en la actitud que mostraron desde el arranque del partido. “Salimos desde el primer minuto a ganar y eso nos ayudó. Jugar un partido así está más en nuestra cabeza, depende de nosotros. Es un aprendizaje que tenemos que tener”, dijo. Y agregó: “Donde había uno de Independiente, había dos de los nuestros. Por eso creo que terminamos marcando la diferencia en las divididas, los duelos y demás. A veces las cosas no se nos dan, por rebotes nos hacen goles. Pero saliendo así como contra Independiente, vamos a conseguir buenos resultados”, fue su deseo.
Ferrari también subrayó la ejecución del plan táctico propuesto por el técnico: “Resolvimos bien el pedido del técnico. Los laterales pasaron al ataque muchas veces. La gente se merecía un partido así y vamos a hacer lo posible para que el sábado los puntos se queden en Tucumán”.
La victoria ante Independiente no borró la decepción de Mendoza, pero dejó una sensación de dignidad deportiva y de compromiso con el futuro. Atlético mostró una imagen renovada, con intensidad, entrega y claridad en el juego, justo cuando más lo necesitaba, porque la tabla general empezaba a ser un nuevo rival en este camino con bastantes problemas para los tucumanos.
Está claro que el desafío ahora será sostener esta versión de cara al partido con Lanús. Sin chances de clasificar, el objetivo inmediato es alejarse de la zona roja en la tabla acumulada y empezar a construir un cierre de temporada más estable. El “Decano” tendrá por delante el duelo con el “Granate”, y posiblemente también el cruce de Copa Argentina frente a Boca. Llegar con los ánimos renovados será clave para terminar el semestre con buena cara y encarar la segunda parte del año con otra actitud.