Con el fallecimiento de Francisco, la Iglesia Católica atraviesa su tercer período de sede vacante en lo que va del siglo XXI, etapa que se extiende desde la muerte de un Pontífice hasta la elección de su sucesor en el cónclave. Durante este tiempo la administración queda en manos del Colegio de Cardenales y, en este marco, ayer por la mañana los purpurados celebraron la primera Congregación General en El Vaticano.
Con la muerte de Jorge Bergoglio, los cristianos deberán definir no sólo a su próximo líder, sino también el rumbo que tomará la Iglesia en los próximos años. El cónclave, que comenzará una vez terminado el funeral de Francisco se perfila como un escenario de puja entre sectores progresistas y tradicionalistas. Serán 133 cardenales (hubo dos bajas en las últimas horas) los habilitados para votar y quienes deberán alcanzar una mayoría de dos tercios para consagrar al próximo Papa.
Francisco, consciente del impacto de esta elección en la continuidad de su legado reformista, nombró a 108 de los 135 cardenales electores, es decir el 80% del total. Los restantes fueron designados por su antecesor, Benedicto XVI, y representan una línea más conservadora. Esta composición deja entrever una posible inclinación del cónclave hacia un perfil progresista para la próxima figura al frente del Vaticano.
El adiós al Papa Francisco: cómo será el funeral simplificado y quiénes asistiránSteven Neira, escritor religioso e integrante de la Fundación Nueva Evangelización de España, crítica la “politización” que sufrió la religión en los últimos años y el empleo de etiquetas políticas para clasificar la fe. Sin embargo, el especialista explicó las diferencias entre lo que se conoce como “conservadores” y “progresistas” dentro del catolicismo.
Conservadores
“Los conservadores son todos aquellos cristianos que buscan ser fieles a la Tradición y el Magisterio de la Iglesia. Promueven y defienden la doctrina tal cual ha venido enseñándose desde los tiempos apostólicos y ante las posturas progresistas que ejercen presión para que la Iglesia adapte su doctrina a los tiempos, se muestran intransigentes”, explicó. Entre los temas resistidos por los “conservadores” se ubican el matrimonio igualitario, la aprobación del aborto, el rol activo de la mujer, el cambio de sexo y la intervención de la Iglesia en situaciones de justicia social. En otras líneas, Neira indicó que “esta postura tiene como consecuencia el desprecio de toda la enseñanza postconciliar (después del Concilio Vaticano II), son críticos de todos los Papas posteriores al Concilio y sobre todo de Francisco, del cual buscaban el mínimo gesto para acusarlo de herético o al menos de intenciones de dudosa procedencia”.
El ala ultraconservadora de la Iglesia boicoteó todos los intentos de reforma del papa FranciscoProgresistas
Sobre los “liberales” o “progresistas”, el especialista los caracterizó como aquellos que promueven cierta laxitud con respecto a la doctrina en algunos contextos y situaciones. “Comulgan profundamente con la Teología de la Liberación, hacen hincapié en la ayuda social y la importancia de la pastoral. Hay cierta relectura respecto a la liturgia, lo que a veces trae como consecuencia desviaciones doctrinales”, subrayó.
El cónclave no sólo se verá marcado por este enfrentamiento entre reformistas y conservadores, sino también por el momento geopolítico, con Estados Unidos, China y Rusia compitiendo por afianzar su poder. El regreso de Donald Trump a la presidencia sin duda ejercerá un papel en las discusiones cardenalicias, haciendo crecer la resistencia a designar un Papa estadounidense.
Progresistas: cuatro cardenales se destacan por su perfil conciliador y peso internacional
En la lista de posibles sucesores, uno de los más mencionados es Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia, destacado por su papel en la búsqueda de paz en Ucrania y por ser italiano, algo que podría influir luego de tres papas no italianos.
Otro fuerte candidato es Luis Antonio Tagle, cardenal filipino de 67 años, apodado el “Francisco asiático” por su adhesión a las reformas, aunque genera resistencia incluso entre sectores moderados.
También figura Pietro Parolin, secretario de Estado vaticano, de perfil equilibrado y sin vínculos marcados con ninguna facción, lo que podría beneficiarlo.
Finalmente aparece Jean-Marc Aveline, arzobispo de Marsella, visto como un posible sucesor de Francisco por su perfil reformista y su cercanía ideológica con él. Destaca por su postura sobre inmigración y el mundo musulmán.
Conservadores: figuras de África, Europa y EEUU podrían inclinar el cónclave hacia una Iglesia más tradicional
El sector conservador del Vaticano no presenta un candidato claro, pero sí varios con peso propio.
Fridolin Ambongo, desde África, representa una voz influyente entre los fieles del continente. Su vínculo con Francisco y su autoridad regional lo posicionan como figura clave.
En Europa Occidental, Willem Eijk combina formación médica y rigor doctrinal. Su perfil intelectual -no exento de polémicas- responde a una Iglesia más rígida y tradicional.
Peter Erdo, desde Hungría, suma prestigio por su rol europeo y su estilo moderado-mariano. Con una sólida carrera eclesial, es respetado por diversos sectores.
Por último, Raymond Burke, desde Estados Unidos, encarna el ala más conservadora del catolicismo actual. Defensor de la misa en latín, ha sido crítico público de las reformas de Francisco.
Moderados: con trayectorias distintas y proyección global, tres figuras emergen como papables
Mario Grech, maltés de 68 años y secretario del Sínodo de los Obispos, pasó de conservador a alinearse con Francisco. Su evolución doctrinal y su rol clave en El Vaticano lo posicionan como candidato. En 2014, pidió una Iglesia más abierta hacia las comunidades LGBTIQ+, lo que le valió el elogio del Papa.
Luis Francisco Ladaria Ferrer, jesuita español de 81 años, fue prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Aunque no puede votar por su edad, aún puede ser elegido Papa, lo que lo convierte en un caso atípico.
Por último, Peter Kodwo Appiah Turkson, ghanés de 76 años, tiene una trayectoria amplia y fue figura destacada en El Vaticano. Fue presidente del Consejo de Justicia y Paz y asesor en temas globales como el cambio climático. Con Francisco tuvo una relación oscilante, entre cercanías y distancias. En 2023 declaró no querer ser Papa, pero sigue en el radar.
Encarna la posibilidad histórica de un Papa del África subsahariana.
Así será el cónclave
- Se celebra después de nueve días (novediales) de las exequias del Papa y dentro de un plazo de 15 a 20 días tras la “Sede Vacante”.
- Con el funeral fijado para el 26 de abril, los novediales concluirán el 4 de mayo, y el cónclave podría comenzar entre el 5 y el 10 de mayo.
- Los cardenales tienen prohibido cualquier contacto con el exterior durante todo el proceso.
- Para elegir al Papa se requieren dos tercios de los votos del Colegio Cardenalicio en cada votación
- Después de 24 escrutinios sin acuerdo, la elección puede proceder por mayoría absoluta, pero siempre con mayoría simple.
- No hay requisitos específicos para ser Papa, sólo ser religioso varón con pleno uso de razón, aunque históricamente se elige a un cardenal.
- La elección del Papa comienza con una misa en la basílica de San Pedro y el canto del “Veni Creator”.
- El cónclave se celebra en la Capilla Sixtina, donde los cardenales votan en secreto.
- Sólo los cardenales menores de 80 años participan en la votación. En la actualidad, 133 están calificados.
- Se utilizan estufas de hierro para quemar las papeletas y emitir el humo. El blanco anuncia un nuevo Papa, el negro indica que no hay elección.
- El Papa electo debe aceptar el cargo y elegir un nombre; luego se anuncia con el “Habemus Papam” desde el balcón de la Basílica de San Pedro.
- Los cardenales descansan en la Casa Santa Marta durante el cónclave.
- Francisco fue elegido tras cinco votaciones en dos días, y Benedicto XVI tras cuatro votaciones en dos días.