Los descubrimientos arqueológicos recientes aplicaron nuevas tecnologías, técnicas y artefactos. Descubrimientos arqueológicos han arrojado luz sobre eventos impactantes del pasado, como catástrofes de la Edad de Bronce o crímenes ocurridos en el antiguo Egipto. Estos hallazgos, que incluyen restos humanos, permiten reconstruir episodios históricos con mayor precisión según la revista National Geographic. Cada uno aporta piezas clave para entender mejor las sociedades antiguas.
La banana es una fruta multipropiedades según National Geographic: cuáles son sus beneficiosDurante 2024, la arqueología ha seguido avanzando gracias a herramientas modernas como el análisis de ADN y la teledetección. Estas técnicas han permitido descubrir nuevas evidencias sobre las culturas, tecnologías y estructuras sociales de civilizaciones pasadas. Sin embargo, pese al apoyo de la ciencia, las excavaciones físicas siguen siendo fundamentales para futuras investigaciones.
Cinco de los descubrimientos arqueológicos más importantes de 2024 según National Geographic
1. Lidar revela ciudades ocultas en todo el mundo
Lidar son las siglas de Light Detection and Ranging ( Detección y localización de la luz, en inglés), un análogo del radar y el sonar que escanea el terreno con miles de pulsos de luz láser por segundo. Aunque esta tecnología existe desde hace décadas, su capacidad para detectar vastas estructuras bajo capas de vegetación y cartografiar los sutiles cambios de paisajes antiguos ha revolucionado recientemente la arqueología.
2. Descubriendo tumbas, amuletos y mucho más en Egipto
Los artefactos egipcios ayudaron a inspirar el desarrollo de la arqueología moderna, y tales descubrimientos continúan. Este verano, los investigadores anunciaron que habían desenterrado 33 tumbas en el sur de Egipto y 63 en el delta del Nilo, junto con impresionantes amuletos de oro, monedas y cerámica. Con unos 2000 años de antigüedad, muchos de los nuevos hallazgos datan de periodos posteriores de la historia egipcia, y los investigadores esperan que revelen más información sobre las prácticas funerarias y del mundo antiguo en general en aquella época.
3. Una tumba en el desierto de Petra
Uno de los hallazgos más notables del año fue el descubrimiento de 12 esqueletos antiguos en una tumba bajo el Tesoro de Petra, un yacimiento arqueológico del desierto de Jordania conocido por las elaboradas estructuras excavadas en sus acantilados de arenisca roja. Los arqueólogos creen que los nómadas nabateos (una rama primitiva del pueblo árabe) empezaron a enterrar a sus muertos en Petra en el siglo IV a.C. En el siglo II a.C., Petra se convirtió en la capital nabatea en la que destacaba el complejo sistema de cisternas que la abastecía de agua.
4. La IA lee los pergaminos quemados por el Vesubio
En febrero, unos investigadores anunciaron que habían utilizado un sistema de inteligencia artificial para leer partes de un pergamino de 2000 años de antigüedad quemado en la erupción del Vesubio del año 79 d.C., la misma erupción volcánica que destruyó Pompeya. El pergamino es uno de los 1800 rollos de papiro descubiertos en el siglo XVIII entre los restos de Herculano, una antigua ciudad romana situada a unos 16 kilómetros de Pompeya que, según los arqueólogos, fue destruida por una explosión supercaliente de ceniza, roca y gas procedente del volcán.
6. Una máscara de jade y más hallazgos de tumbas mayas
En la tumba de un rey maya en Chochkitam (Guatemala) se descubrió una máscara de jade ornamentada, hecha de piezas de jade entrelazadas con conchas marinas para los ojos y los dientes. La datación por radiocarbono indica que data del año 350 d.C. y sus descubridores creen que representa a un dios maya de la tormenta. Estas máscaras se hacían a menudo para los entierros de la realeza maya, en los que tallas hechas con un cuchillo o cincel de vidrio de obsidiana volcánica también decoraban la tumba del rey.
Otros descubrimientos mayas anunciados este año incluyen un análisis genético de víctimas de sacrificios halladas cerca de la antigua ciudad de Chichén Itzá, en México, y un depósito de restos humanos quemados en otro yacimiento de Guatemala que podría haber señalado un cambio político.