Aunque la Basílica de San Pedro y las Grutas Vaticanas albergan los restos de la mayoría de los papas que tuvo la Iglesia Católica, no todos los sumos pontífices descansan en el Vaticano. A lo largo de la historia, varios fueron sepultadosen otras iglesias, catedrales o incluso trasladados de lugar tras su muerte por razones políticas, históricas o personales.

Los papas que descansan fuera del Vaticano

Durante los primeros siglos del cristianismo, muchos pontífices fueron enterrados en catacumbas o cementerios fuera de los muros de Roma. Uno de los casos más conocidos es el de san Clemente I, el cuarto Papa, cuyos restos se veneran actualmente en la Basílica de San Clemente en Roma, aunque parte de sus reliquias fueron llevadas a otros lugares de Europa del Este.

También están los casos de los papas que murieron en el exilio o fuera de Roma. Por ejemplo:

Gregorio V (996-999), enterrado en la iglesia de San Pedro en el Vaticano, pero fue uno de los primeros en morir en circunstancias violentas.

Clemente V (1305-1314), quien trasladó la sede papal a Aviñón, Francia. Fue enterrado en la Abadía de Uzeste, cerca de Burdeos.

Juan XXII (1316-1334), también falleció en Aviñón y está sepultado en la catedral de Notre-Dame-des-Doms en esa ciudad.

Durante el período conocido como Papado de Aviñón (1309-1377), en el que la sede del Papa estuvo en Francia por casi 70 años, todos los papas de ese tiempo fueron enterrados fuera del Vaticano. Algunos incluso fueron trasladados posteriormente, pero la mayoría permanece enterrada en tierras francesas.

Benedicto XVI, una excepción reciente

Un caso particular es el de Benedicto XVI, fallecido en 2022. Aunque fue enterrado inicialmente en las Grutas Vaticanas, lo hizo en la tumba que ocupó Juan Pablo II hasta su beatificación. Si bien está en el Vaticano, su deseo de tener un funeral sobrio y sin honores de Estado lo diferencia de otros pontífices.

Francisco eligió una basílica mariana

En una decisión que refleja su profunda devoción a la Virgen María y su estilo pastoral humilde, el papa Francisco manifestó su deseo de ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, en lugar del tradicional lugar de descanso en San Pedro. Allí acudió en varias ocasiones a rezar antes y después de sus viajes apostólicos, lo que convierte a esa basílica en un sitio cargado de simbolismo espiritual en su pontificado.

¿Por qué no todos descansan en el Vaticano?

Los motivos varían. En algunos casos, se trató de decisiones personales o familiares. En otros, las condiciones políticas del momento impidieron el traslado de los restos a Roma. También influyeron factores históricos como guerras, cismas o el traslado temporal de la Santa Sede.

Hoy, muchos de esos lugares de sepultura se han convertido en sitios de peregrinación.