Hace tres días falleció otra víctima de la tragedia del domingo pasado en la autopista de circunvalación a la altura del barrio “Las Piedritas”. Se trata de una bebita recién nacida, que había resultado gravemente herida en el choque entre una camioneta que chocó contra el auto Uber que había ingresado a la autopista desde un paso clandestino por la calle Octaviano Vera. En el auto de alquiler viajaban la bebita, su madre y su hermana de 9 años, las cuales fallecieron en el acto. Esta tragedia trae a escena nuevamente la situación de alto riesgo que hay en la Circunvalación, que desde hace un año estaba siendo objeto de un plan integral de los gobiernos provincial y municipales de la zona, con la intención de darles mayor tranquilidad a los que circulan por allí, en seguridad, orden y limpieza.

En efecto, la autopista, que es el principal acceso a San Miguel de Tucumán y recibe un alto porcentaje del tránsito hacia la capital desde el este tucumano, ha acumulado con el paso de los años una cifra elevada de accidentes de circulación de todo tipo y de emergencias constantes vinculadas con la inseguridad de la zona -tanto por asaltos como por accidentes- y con una situación casi inmanejable a causa de los pasos clandestinos, que en algún momento se calcularon en un número cercano a 100, entre Las Talitas y las cercanías de Famaillá.

En función de esos riesgos se lanzó el año pasado el programa de mejoramiento de la zona, consistente en la instalación de dos nuevos puestos de control policial -uno cerca de Las Talitas y otro en la zona del Mercofrut- que se sumaban al que ya funcionaba en el lugar; desmalezamiento permanente de los sectores de platabanda y lindante a la vera de la ruta y mejoramiento de alumbrado público.

Hace dos meses, en un relevamiento de LA GACETA, los agentes de uno de los puestos dijeron que habían bajado las infracciones de circulación pero que el vandalismo seguía muy activo y generaba problemas con la iluminación. El accidente del domingo pasado pone en el tapete, además, el problema de los cruces clandestinos, debido a que la autopista, entre el Mercofrut y el sector cercano a Las Talitas es como una avenida que separa dos sectores densamente poblados. Así lo destacó un vecino a LA GACETA: “El problema es que sobre la Circunvalación los vehículos, especialmente camiones, pasan a alta velocidad; entonces cuando sale una moto, un auto o gente caminando de la nada para cruzar hacia el otro lado, los choferes no tienen tiempo de frenar y se los llevan puestos. Pero la realidad es que no tenemos otra forma de cruzar”.

Correspondería que el programa gubernamental estudie el modo de resolver la alta velocidad -ya sea mediante semáforos, reductores de velocidad o radares- y acaso también la limitación de los pasos clandestinos, ya sea normalizando algunos cruces y volviéndolos seguros o clausurándolos. Pero está claro, con esta tragedia, que el problema de la autopista no ha sido resuelto. Estos accidentes son un altísimo precio que se paga por la falta de respuestas adecuadas.