San Martín de Burzaco y Brown de Adrogué están por reencontrarse después de 28 años, en un clásico barrial cargado de historia y tensión. El partido, correspondiente a la duodécima fecha del torneo Apertura de la Primera B, estuvo en duda hasta último momento por un grave hecho de violencia entre hinchas que dejó varios heridos y volvió a exponer la fragilidad del sistema frente al accionar de las barras.
El conflicto se desató la noche del viernes, cuando un grupo vinculado a la barra de Brown arrojó bombas molotov contra el frente del estadio de San Martín e intentó incendiar el escudo del club. Aunque los vecinos alertaron rápidamente a la policía y el daño fue limitado, los agresores escaparon sin ser identificados ni detenidos.
Al día siguiente llegó la represalia. Un grupo de violentos de San Martín se dirigió hasta Adrogué y encontró a simpatizantes de Brown haciendo pintadas cerca del estadio. Desde dos autos y una moto descendieron al menos diez personas armadas con palos y manoplas, que atacaron a los presentes. En medio del caos, uno de los atacantes mostró un arma de fuego y realizó dos disparos: uno al aire y otro al suelo, como amenaza directa. Hubo corridas, heridos y otra vez, ningún detenido.
La dirigencia de Brown pidió suspender el partido, pero desde la AFA y la televisión lo descartaron. Se evaluó jugar sin público, pero San Martín se opuso. Finalmente, el organismo de seguridad Aprevide garantizó un operativo reforzado y el partido se disputará tal como estaba previsto. Pese a la confirmación, el ambiente sigue cargado de tensión.
Lo más llamativo es que estos clubes tuvieron, en otro tiempo, una relación cercana. San Martín fue local en la cancha de Brown en sus primeros años en AFA, allá por 1974. Pero en 1980 todo cambió tras un cruce con incidentes dentro y fuera del estadio. Luego vino la final por el ascenso de 1987, que ganó Brown como visitante, con festejos desmedidos frente a la hinchada rival. Ese episodio terminó de sellar una enemistad que nunca se apagó.
Un clásico manchado por la violencia
Desde entonces, se cruzaron en pocas ocasiones y no se enfrentaban desde la temporada 1996/97. El regreso de este clásico, potenciado por el descenso reciente de Brown, debía ser una fiesta del fútbol de barrio. Pero volvió a quedar manchado por la violencia. Aunque el partido se jugará, en la previa la locura barrabrava volvió a imponerse sobre la pelota.