Mario Ferreyra acaba de escuchar su condena a prisión en los Tribunales de la Capital. El policía luce un elegante traje y corbata. El juez ha dictado sentencia. Su novia, familiares y algunos efectivos policiales han puesto el grito en el cielo. Pero igualmente el “Malevo” termina preso en la alcaidía de Tribunales. Allí se quedará hasta que lo trasladen a Villa Urquiza. Apenas han transcurrido unas dos horas del veredicto cuando se produce el revuelo en la planta baja de Tribunales y el “Malevo”, cual personaje de dibujos animados, se viste con su típica camisa negra, se calza el sombrero y escapa de Tribunales. Camina en contramano por la calle Congreso, tal cual lo registra la foto tomada el 15 de diciembre de 1993. En la esquina lo espera un auto que lo trasladará hasta la localidad santiagueña de “Zorro muerto” donde pasará meses hasta que finalmente lo encontraron.

Recuerdos fotográficos: el más argentino de los campeonatos